Relajando los músculos con la inervación recíproca

Publicado el 15 noviembre, 2017 | Workout

Cuando se trata de lesiones, el estado físico está maldecido por una mentalidad de «la movilidad lo soluciona todo»; este enfoque funciona a veces, pero también puede dejarte más lesionado de lo que estabas al principio. Literalmente, no puedes solucionar un problema de inestabilidad con la movilidad; la sensación de aprensión que asocias con restricciones de movilidad es realmente tu cuerpo tratando de protegerse de un daño mayor.

Las inestabilidades en regiones clave como el cuello, los hombros, las caderas y la columna vertebral a menudo se desarrollan con el tiempo y causan dolor crónico; éstas se deben evitar y para hacerlo te presentamos el problema de la inhibición del movimiento si eliges esta técnica o ampliar tus conocimientos, conociendo la inervación recíproca, como alternativa inmediata dentro de cualquier plan de entreno.

El uso de bandas para crear una inhibición de movimiento

El uso de técnicas de «inhibición de movimiento con bandas» debe ser desacreditado en cierta medida si no se aplica la técnica correcta. Si coges la banda elástica más gruesa que puedas encontrar y la envuelves alrededor de una articulación elegida (generalmente los hombros, caderas o tobillos) y estiras en los límites de los extremos extendidos bajo tensión puede funcionarte, la mayoría de las veces el movimiento con banda que puedes ser agresivo más el estiramiento lo más que se puede hace más daño que bien.

La idea de que un trozo de goma es lo suficientemente fuerte como para movilizar y alterar la posición de las articulaciones es un poco loco. Las articulaciones están encapsuladas por un tejido grueso y rígido no contráctil, estabilizado por más ligamentos parecidos a alambres y rodeados por múltiples capas articuladas de músculos y tendones, además de una vaina fascial densa que se extiende sobre todas estas estructuras.

Y luego están las tres capas de tejido dérmico y tejido adiposo que disminuyen exponencialmente la transferibilidad de una banda incluso para alcanzar, y mucho menos alterar, el movimiento de la articulación y esta es la razón por la que puede funcionar para unos pocos seleccionados porque el contacto de la banda con la piel es muchas veces la razón de las respuestas positivas de la rutina.

Las raíces nerviosas que se distribuyen desde la columna vertebral corren a ambas áreas de la piel (dermotomos) y a la musculatura específica (miotomas); lo bueno del sistema nervioso es que podemos ver enlaces cruzados entre las vías sensoriales y motoras, y usar uno para manipular el otro. Al tocar los dermotomas de la banda que se correlacionan con los miotomas subyacentes, la musculatura contráctil (incluso la fascia) en realidad puede reducir el tono, mejorando la capacidad de movimiento; pero, de nuevo repetimos, esto NO funcionará para todos.

No estamos diciendo que nunca te estires con una banda, pero deberías ser un poco más inteligente al respecto, pensando en una alternativa como la inervación recíproca.

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Una solución, la inervación recíproca

Esta opción para entrenar mejor se refiere  a la complementariedad «tensión-distensión», que ocurre al mismo tiempo entre dos músculos (agonistas y antagonistas). La Sherrington cita que cuando hay una contracción muscular derivada de una acción nerviosa, los músculos antagonistas inducidos por esa contracción son estimulados también por una señal simultánea que produce la inhibición de los mismos.

Podríamos resumir entonces ambas leyes para aconsejar como desarrollar una rutina para evitar el dolor o esas molestias impropias para cualquier tipo de entreno.

  • Primera ley de inervación recíproca: El estiramiento máximo de un músculo hace que se contraiga mucho más que en condiciones normales; en este caso el músculo sufre el efecto reflejo en sus bordes principalmente, logrando la contracción máxima.
  • Segunda ley de inervación recíproca: Al trabajar un músculo agonista por inervación inversa y sucesiva, hace que se relaje al máximo el músculo antagonista, preparándose para una mejor contracción en un futuro.

Definitivamente las leyes citadas son muy concretas; deberías hacer un estiramiento que relaje el músculo antagonista y esta técnica es mejor que realizar un estiramiento pasivo, el cual es popular y el más practicado por un gran porcentaje de practicantes.

Algunos ejemplos prácticos:

  • Un ejemplo para aplicar la primera ley: Si te pones en el suelo y estiras al máximo tus isquiotibiales boca arriba; paras y realizas una contracción en sentido opuesto al estiramiento por unos 5-7 segundos, añadiendo una tensión, lograrías que tus isquiotibiales se relajen menor y puedan trabajar un poco más al volverlos a usar.
  • Un ejemplo para aplicar la segunda ley: puedes trabajar por ejemplo un músculo antagónico con ejercicios de empuje y tracción. Un ejemplo se da con el bíceps, cuyo antagonista es el tríceps, que se relaja cuando trabaja el primero, pero hay que enfocarse en repeticiones bajas y trabajando bajo tensión en el movimiento excéntrico específicamente para lograr mejores resultados.

La inervación recíproca en sí en realidad te ayudará a aumentar el rango de movimiento articular, la fuerza muscular, reduce la fatiga y aumenta la resistencia en todos los planos.

¿ Optimizas tus entrenos con estiramientos ?

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