El problema del acoso en el gimnasio
Claro, el gimnasio es una manera fácil de encontrar un terreno común con un compañero potencial, pero este no es tu propósito. La gente va al gimnasio para entrenar, o por lo menos deberían hacerlo e, incluso, si alguien es agradable contigo, no significa que quieran acercarse a ti como un compañero de entreno o para socializar; simplemente, pueden acercarse porque saben que puedes estar desesperado o perdido en medio de un ambiente lleno de competidores y testosterona.
Si una mujer con sus auriculares te observa con esos ojos sensuales y solo centra su mirada en ti, ella probablemente apreciaría que la interrumpas en su rutina, quebrando la programación de ambos, no siendo éste el caso de un acoso, por así decirlo; ¿ quieres tener un romance con ella ?…. Ahora, que pasaría si ella está en pareja y simplemente fue cortes cruzando alguna mirada tímida observando el ambiente y no a ti; en este caso podrías ser etiquetado de idiota si te pasas la raya y quieres seducirla.
Por otro lado no molestes a la chica de la recepción porque es lo que llamamos acoso; está atrapada allí y es pagada por ser amable y agradable contigo y con los demás. No te aproveches de esto, porque hará que se sienta incómoda; además, mostrarás que eres una persona acosadora que incluso puede ser denunciada o invitada a dejar el gimnasio.
Lo mismo pasa con las chicas
Amiga, si un chico está tratando de centrarse en su entreno, considera dejarlo solo porque el acoso femenino suele ser más acuciante en este momento; si él no es un patán, te respetará también cuando estés enfocada en tu entreno. Esto incluso es una ecuación que debe darse en muchas parejas que entrenan en un gimnasio y a veces no dejan de interrumpirse para cogerse de la mano o darse besos cariñosos en un sitio que no es ideal para hacerlo.
No vayas al gimnasio para tratar de encontrar un hombre, como se da en un gran porcentaje; la coquetería no te hace parecer caliente, sólo te hace parecer fácil… ¿ verdad ?
Un problema personal a solucionar
Encontrar un acosador en el gimnasio es la peor tortura psicológica que puedes tener, especialmente si eres una mujer que tiene objetivos y está rodeada de muchos atletas que si bien también tienen también metas dentro de la actividad deportiva, sea fitness o culturismo, pueden estar siempre pendiente de ti con ese maldito acoso cuando no lo deseas.
Si eres de esas personas sexópatas y solo lo sabes tú o tu interior, es mejor dejar en casa tus bajos instintos, pues no solo podrías ser acusado de acosador, sino ser marcado por uno, dos o más grupos de personas que empezarán a destruir tu propia vida deportiva o en el peor de los casos ir a la cárcel.
Una solución para tus bajos instintos
Si eres inteligente, lo mejor que puedes hacer es construir músculos de acero con un sistema de progresión permanente cada semana; sin darte cuenta, en algunas semanas de esfuerzo, podrías tener una recompensa convirtiéndote en un sexapil para el sexo opuesto.
Por otro lado, las relaciones entre las personas pasan por el buen humor, por la química especial de la decencia, la pulcritud en la higiene o el propio look. Si trabajas tu aspecto personal por dentro y por fuera, muy pronto dejarías de ser acosador y podrías hasta ser el más codiciado o codiciada entre todos.
