Principio del Instinto
Habituarse a distintas maneras de entrenar confiando en la "sensación" y el "instinto" es la guía básica del entrenamiento a largo plazo
A pesar de que en todos los términos de la fisiología, en general respondemos de forma semejante a los mismos estímulos pero hay algunas pequeñas diferencias individuales que se necesitan conocer, porque cada individuo es único y se aconstumbra a responder de forma diferente a los métodos de entrenamiento, dietas y suplementación. Cada uno sabe lo que funciona mejor para el, es por ello que se requiere de una dosis más, no vasta con copiar o seguir la rutinas de terceros que se les parece (estamos hablando por ejemplo de dos endomorfos y por ello seguir un plan específico para endomorfos). Hablando de esa dosis se recuerda proseguir el instinto natural siempre.
En primer lugar, indiferente de cuál será el tipo de actividad física u objetivo de entrenamiento, es extremadamente necesario buscar a través de la medicina del deporte, las evaluaciones físicas específicas para obtener parámetros reales de cuál es el nivel de aptitud física. De entre las evaluaciones indicadas, la más importante y usual para la práctica de actividad física es conocida como test ergométrico o evaluación cardiorrespiratoria. Este test provee en realidad, informaciones al respeto de la integridad de todos los sistemas vinculados con el transporte de gases en nuestro organismo, es decir, no envuelve sólo los ajustes cardiovasculares y respiratorios, sino también, ajustes neurológicos, humorales y hematológicos.
En la práctica, la gran utilidad del test cardiorrespiratorio reside en la determinación de la capacidad funcional o de la capacidad aeróbica del individuo, obteniendo valores como el consumo máximo de oxígeno (VO2 máximo) y los umbrales de entrenamiento aeróbico y anaeróbico. Entonces se podría proveer un plan de entrenamiento con calidad. A esto se debe registrar no solo los ejercicios que se van dando sino describir las sensaciones que se tiene con relación a la dieta, el descanso y los efectos de la suplementación; que serán dados por un nutricionista y el entrenador físico del gimnasio.
El entrenamiento y el instinto
Se debe desarrollar los propios instintos al igual que desarrollar los músculos y aprender a oirlos cuando trabajan, entonces el principio del instinto se relaciona al conocimiento, concentración y sentimiento personal para entrenar duro pero no será tan bueno «el no entrenar» también de forma inteligente. Obviamente, todo esto viene con el tiempo; al comienzo, todo culturista debe aferrarse mucho más a los fundamentos, pero cuando se está empezando a entrenar sin que haya una coordinación con lo que se siente, se requiere de trucos que vienen con la experiencia de modo a dominar las técnicas y combinación de entrenamientos correctas.
Entonces el habituarse a esa manera de entrenar se empezará a confiar más en la «sensación» y el «instinto» para guiar individualmente a cada practicante.
Como proceder
El primer paso en este proceso es entender exactamente lo que se está haciendo en el gimnasio y aprender a interpretar las sensaciones que se experimenta día a día por medio de la rutina de entrenamiento. Recordar que si el practicante se tensiona en algún momento aunque sea un fisiculturista competitivo; lo que hace la diferencia es como el mismo es capaz de utilizar sus propios instintos y sensaciones, independientemente del cual avanzado sea. En este caso la mente es la mas importante para analizar lo que se está haciendo y evaluar el progreso.
El Bombeo
Los músculos hinchan además del tamaño normal, las venas se sobresalen, el practicante se siente inmenso, potente y lleno de energía. El bombeo es generalmente sentido tras cerca de 4 o 5 series. Muchas veces, se puede mantener esa sensación durante todo el entrenamiento, sintiendo un bombeo mayor con el tiempo, a medida que más y más sangre es forzada a llegar dentro de la región que está siendo ejercitada, llevando oxígeno nuevo y nutrientes para una contracción muscular intensa y continuada.
Lo que provoca el bombeo es aquella sangre que es forzada hacia dentro de la región por la acción de los músculos y presión del sistema cardiovascular, pero no hay ninguna fuerza comparable que se retrae la sangre hacia fuera del músculo. Por lo tanto, esa sangre extra permanece en el músculo por un cierto periodo de tiempo, hinchando al músculo hasta un tamaño mayor. De acuerdo con los científicos expertos en fisiología del ejercicio, las cantidades de sangre que inundan un músculo estimulan una cantidad de sensores pro-prioceptivos. El ejercicio y el bombeo resultante crean todo un torrente de respuestas hormonales, incluyendo la liberación de endorfinas y enquefalinas que son analgésicos naturales.
Esa combinación del físico con lo psicológico puede tener un efecto enorme sobre como cada uno se siente y la intensidad con que se puede entrenar. Cuando se está bombeando, el practicante se siente mejor y más fuerte, y es más fácil motivarse para entrenar pesado, alcanzar un nivel alto de intensidad. A veces se piensa que es el King Kong caminando por el gimnasio. Naturalmente, esa sensación puede diferir de un día a otro.
Habrá temporadas en donde el practicante se sentirá cansado y perezoso, pero cuando consigue un bombeo fantástico tras pocos minutos de trabajo, de golpe se siente grande, fuerte, lleno de energía y listo para levantar cualquier peso que se le pone enfrente. Pero hay que tener mucho cuidado porque si en ciertos días o periodos de tiempo que forman más de 2 o 3 días si no se siente mucha energía, y el bombeo simplimente no acontece, hay una razón física para esto: «no se durmió lo suficiente»; «se realizó muchos ejercicios seguidos»; o «se está haciendo dieta y el cuerpo siente falta de los nutrientes necesarios para dar un buen bombeo con facilidad».
Pero, en la mayoría de los casos, la ausencia de bombeo indica la falta de una concentración total. Obviamente, es mejor descansar lo suficiente, no entrenar en exceso, alimentarse bien y bastante para aguantar las sesiones de entrenamiento; pero, independientemente de lo mal que se esté sintiendo o de la cantidad de energía que le falte al practicante, se descubrió que aún se puede con ayuda de la concentración y el instinto natural sobrellevar estas situaciones y conseguir el bombeo muscular.