Los paradigmas de un principiante
Cuando comienzas cualquier nuevo esfuerzo hay comprensiblemente siempre una curva de aprendizaje empinada; una transición donde inicias un aprendizaje de nuevas habilidades y familiarizarte con un nuevo entorno, requiere primero de estudios médicos, físicos e inclusive ortomolecular, para conocer el nivel de nutrientes de tu organismo.
El sacrificio por no hacerlo es arriesgarte a lesiones, mantener la longevidad de tu plan de entreno y los objetivos a largo plazo que puedas tener. Estas son algunas de las metas comunes que la gente principiante suele tener cuando comienzan un plan de entreno, visando mejorar su composición corporal.
El principiante subvalora al descanso
A menudo hay dos tipos de personalidad que pueden conducir a resultados del plan de entreno no deseados, por un lado los impacientes y por otro los que tienen un exceso de entusiasmo; este grupo de atletas aficionados quizás tiene más problemas, porque el entreno para muchos principiantes puede llegar a ser bastante adictivo, haciendo que la fiebre de endorfina sea buscada cada día o incluso varias veces al día.
Aunque inicialmente se podría pensar que un atleta se está haciendo un favor por comprometerse mucho con su rutina o la nueva forma de vida que cogió, sinceramente está empezando a destruir su cuerpo con sus ambiciones y desconocimiento del entreno de fuerza.
Cuando un principiante o cualquiera, está entrenando con cierto estímulo que está quebrando el tejido muscular (en diferentes grados en función del ejercicio/resistencia), una parte integral para cosechar los beneficios de este esfuerzo es la asignación del tiempo de descanso, lo que permite que el tejido muscular pueda recuperarse en una versión más fuerte de su “yo anterior”.
Si no se toma en cuenta esto, significa que los músculos no crecerán ni se fortalecerán y, simplemente se estará golpeando y dañando los tejidos, lo que provocará lesiones en un momento u otro.
El principiante es impaciente
Abordado brevemente en el primer punto; la falta de paciencia es una causa común de las membresías de gimnasio. En fin, nadie puede engañarse a sí mismo, porque los objetivos nunca se logran de la noche a la mañana, pues construir músculos y quemar grasas puede llevar meses o incluso años cuando las metas son más ambiciosas.
Además, es necesario planificar un plan estructurado que pueda involucrar al estilo de vida y disfrutar del proceso de comer bien y entrenar mejor. El principiante debe tener un objetivo claro, para sostener los sacrificios que necesita hacer mientras existe una motivación tanto a corto o a largo plazo, pero también debe asegurarse de que sus objetivos son realistas.
Una forma de quebrar esto, es acudir a profesionales que establecerán una planificación y periodización adecuada para mantener la adrenalina constante y que los resultados se puedan observar cada mes por ejemplo, recordando que cuando un principiante hace lo que tiene que hacer, los resultados llegan en un abrir y cerrar de ojos.
El principiante quiere correr antes de caminar
El ambiente del gimnasio puede ser competitivo, particularmente dentro de la misma sala hay individuos competitivos; esto a menudo puede ser ventajoso porque ayudará a tener combustible para las duras sesiones de entreno, sin embargo, a la inversa, también puede conducir a la “elevación del ego” que se caracteriza por mantener un entreno fuera del alcance de las capacidades físicas, lo que puede llevar al sobre-entreno o a una lesión.
El registro de entreno y la progresión es fundamental para el principiante; la competición debe ser con uno mismo, con su interior, tanto en el plan dietario como en el plan de entreno, puesto que al levantar en forma lógica se empezará a sentir como la masa muscular va incrementándose, así como la fuerza y la motivación.