El entreno unilateral y los desequilibrios musculares
En ciertas ocasiones vemos a un competidor en el escenario cuyo brazo puede ser un poco más pequeño que el otro; también es común ver a algunos con diferentes diferencias de tamaño en sus cuádriceps, que puede darse debido a una lesión, un daño neurológico o porque la genética les hizo tener extremidades más grandes en uno de sus miembros, aunque por lo general todos poseemos una pierna o un brazo dominante, que es más fuerte que el otro.
Aunque no hay consenso en la literatura, los desequilibrios de fuerza entre los miembros preferidos y no preferidos menor al 10% han sido considerados «normales.» Todos los atletas se deben preocupar por los desequilibrios musculares debido a que las asimetrías de las extremidades inferiores sobre todo, se han relacionado con el aumento los riesgos de lesiones en la práctica deportiva. En el caso de atletas de élite o personas que desean competir, una forma de evitar los problemas es desarrollar evaluaciones sistemáticas isocinéticas en forma frecuente para la prevenir lesiones o equilibrar la composición corporal, además de observar cómo se relaciona el entreno unilateral y los desequilibrios musculares en forma individual.
Los entrenos unilaterales como las sentadillas de una pierna o el press de banca con un brazo son poco visto en la mayoría de los gimnasios; en esta oportunidad nuestros investigadores examinaron un estudio que evaluó las respuestas de los músculos y la fuerza corporal al ser estimuladas las extremidades dominantes y las no dominantes.
En el estudio se reclutó a 12 hombres sanos y físicamente activos, que completaron un período de 4 semanas de control, seguido de un programa de entreno de fuerza isocinética de 12 semanas, con 2 entrenos por semana, incluyendo 3-5 series de 10 contracciones excéntricas máximas para cada extremidad. Los investigadores midieron el tamaño del músculo y la fuerza a lo largo de todo el estudio desarrollando una observación meticulosa en las variables obtenidas.
Al final del estudio, la pierna no dominante tenía déficits de fuerza en comparación con la dominante y esta asimetría no se atribuyó a la cantidad de masa muscular; de hecho, los músculos del miembro no dominante respondió mejor, con aumentos de fuerza mayores que el miembro dominante, pero las diferencias en el tamaño muscular no fue diferente entre ambos miembros.
Esto sugiere que la hipertrofia muscular no estaba relacionada con el aumento de la ganancia de resistencia en la extremidad no dominante; aquí una de las conclusiones es que la mayor ganancia de fuerza en el miembro no dominante puede atribuirse al aumento de las adaptaciones neurales en condiciones de desequilibrio, lo que indica que el aumento de la resistencia no se asocia con la hipertrofia muscular para este caso particular, aunque es importante vincular el entreno unilateral y los desequilibrios musculares como una relación inversamente proporcional en términos generales.