El proceso del ejercicio, el crecimiento muscular inducido
Factores implicados en la hipertrofia
Las células musculares tienen muchos núcleos y otros tantos organelos intracelulares; esto se debe a que los núcleos están íntimamente implicados en el proceso de síntesis de proteínas (para no olvidar: la actina y la miosina son proteínas), y un único núcleo interior sólo podría sostener la fabricación de una cantidad limitada de proteínas y si las células musculares no tuvieran núcleos múltiples serían células muy pequeñas de hecho, así que para que un músculo crezca más allá de su tamaño original (es decir, sintetice proteínas contráctiles; actina y miosina) tiene que aumentar el número de núcleos que contiene; el «número de mionúcleos”.
Como funciona este mecanismo
Alrededor de las células musculares se encuentran células madre miogénicas llamadas «células satélite» (o “mioblastos”); bajo condiciones adecuadas estas células se vuelven más «parecidas» a las células musculares y donan sus núcleos de las fibras musculares, lo que aumenta el número de mionúcleos.
Para que esto suceda, deben darse varias cosas;
- El número de células satélite tiene que aumentar (proliferación).
Tienen que ser más “parecidas” a las células del músculo (diferenciación). - Y tienen que fusionarse con las células musculares necesitadas.
Cuando el sarcolema (la pared de la célula muscular) es «dañado» por la tensión (como en el entrenamiento con pesas o incluso en el estiramiento) los factores de crecimiento son producidos y liberados en la célula.
Hay varios tipos de factores de crecimiento diferentes y los más significativos son:
- El Factor de Crecimiento similar a la Insulina 1 (IGF-1).
- El Factor de crecimiento de fibroblastos (FGF).
- El Factor de crecimiento transformante – super familia beta (TGF-beta)
Estos factores de crecimiento pueden salir de la célula a los alrededores porque la permeabilidad del sarcolema se incrementa debido al «daño» producido durante la contracción.
- Una vez fuera de la célula muscular estos factores de crecimiento hacen que las células satélite proliferen (principalmente el FGF) y se diferencien (principalmente el IGF-1).
- El papel del TGF-beta es el de mediación; en este caso se inhibe el crecimiento, después de este proceso las células satélite se fusionan con las células musculares y donan sus núcleos, dando a las células musculares la «capacidad» para crecer.
Así los factores que promueven la síntesis de proteínas como el IGF-1, la hormona de crecimiento (HGH), la testosterona y algunas prostaglandinas pueden comenzar el proceso de crecimiento.
La síntesis de proteínas se debe a que una sustancia genéticamente codificada llamada “mensajero ARN” (mARN) se envía desde el núcleo hasta los ribosomas; se cree que el núcleo libera mARN en respuesta a la tensión y/o daño miofibrilar producido como resultado de la insuficiencia en el ciclo de la actina-miosina durante las contracciones musculares intensas, aunque este mecanismo no es entendido completamente.
El mARN contiene las «instrucciones» que necesitan los ribosomas para sintetizar proteínas, por lo que el proceso de construcción contráctil (actina y miosina) y estructural de proteínas (para los otros componentes de la célula) a partir de los aminoácidos en las células tomadas de la sangre se ponen en marcha.