IGF-1
La dieta, la suplementación y el ejercicio físico, colaboran para que la acción de los factores de crecimiento HGH, puedan inhibirla o estimularla.
La IGF-1 es una hormona polipeptídica, de tamaño aproximado al de la insulina. Es producida predominantemente en el hígado en respuesta a la hormona de crecimiento (HGH ) liberada por la glándula pituitaria. Muchos de los efectos del HGH que promueven el crecimiento son debidos a su habilidad para liberar IGF-1 del hígado, que a su vez, actúa en varios tejidos diferentes para aumentar el crecimiento. La IGF-1 pertenece a la superfamília de sustancias conocidas como «factores de crecimiento».
Algunas relaciones con el crecimiento corporal y tejidual
Los procesos envueltos en el crecimiento corporal, y tejidual son acompañados por factores internos (endógenos), como algunas hormonas, muchas veces señalizadas como mediadoras. De entre estas mediadoras se destacan los factores de crecimiento como las IGF’s ( Insulin like Growth Factors o factores de crecimiento semejantes a la insulina ), compuestos de estructuras moleculares similares a la insulina, secretados por el hígado y otros tejidos que modulan el crecimiento de forma autocrina, paracrina o endocrina. Estas mediadoras participan de la retroalimentación de la hormona de crecimiento HGH. Los factores externos (exógenos), entre ellos la dieta, suplementación y el ejercicio físico, colaboran para que la acción de los factores de crecimiento HGH, puedan inhibirla o estimularla.
La IGF-1 al parecer no regula la cantidad de glucosa en el organismo como lo realiza la insulina. Para los practicantes de musculación esta hormona tiene efectos beneficiosos como el balance de nitrógeno y una simultánea pérdida de grasa. En algunas investigaciones se ha demostrado una caída de 5% de grasa corporal y un incremento importante de fuerza. También controlaría el colesterol malo, normalizar la hipoglucemia y la hiperinsulinemia, estimular la síntesis de DNA y potenciar la multiplicación celular.
