Una mirada interesante a los músculos del cuerpo
Conociendo su funcionalidad y como responden a los estímulos
Las células musculares llamadas fibras tienen la capacidad de moverse. El movimiento; una de las propiedades más sorprendentes de la materia viviente, no es patrimonio exclusivo del músculo. En el siglo XVII, se observó a través de un microscopio el movimiento de células espermáticas. Existe una gran variedad de células capaces de moverse, como, por ejemplo: los glóbulos blancos que viajan por la sangre hasta los tejidos donde van a actuar, el movimiento de las pestañas que se mueve en la superficie de algunas células como en el sistema respiratorio. En estos casos, el movimiento es función secundaria de las células.
Con el término «músculo» nos referimos a un conjunto de células musculares organizadas, unidas por tejido conectivo y cada célula muscular se denomina fibra muscular. En el cuerpo humano hay tres tipos de músculos:
- Músculo estriado, voluntario o esquelético.
- Músculo Liso, involuntario.
- Músculo Cardiaco.
Los músculos del cuerpo
El músculo esquelético estriado o voluntario
Las células del músculo esquelético son cilíndricas, filiformes. Una fibra muscular ordinaria mide aproximadamente 2,5 cm de largo y su anchura es menor de un décimo de milímetro. Las fibras musculares se agrupan en haces y cada músculo se compone de muchos haces de fibras musculares.
Es roja, de contracción brusca, y sus movimientos dependen de la ganas de los individuos contituyendo el tejido más abundante del organismo y representa de 40% a 45% del peso corporal total.
La carne que reviste los huesos es tejido muscular y se encuentran unidos a los huesos del cuerpo y su contracción es que la que origina los movimientos de las distintas partes del esqueleto, y también participa en otras actividades como la eliminación de la orina y de las heces. La actividad del músculo esquelético está bajo el control del sistema nervioso central y los movimientos que produce se relacionan sobre todo con interacciones entre el organismo y el medio externo.
Se llama estriado porque sus células aparecen estriadas o rayadas al microscopio, igual al músculo cardiaco. Cada fibra muscular se comporta como una unidad y un músculo esquelético tiene tantas unidades como fibras por ello se define como multiunitario.
El movimiento es hecho por contracción de la fibra muscular.
Estructura de la Fibra Muscular
Músculo liso o involuntario
Las células del músculo liso son siempre fusiformes y ensanchadas. Su tamaño varía mucho, dependiendo de su origen. Las células menores se encuentran en las arteriolas y las de mayor tamaño en el útero grávido. Sus fibras no son estriadas y por ello son llamados músculos lisos. Tienden la ser de color pálido, su contracción es lenta y sustentada, y no están sujetos según los deseos de la persona de dónde deriva su nombre de involuntario.
Este músculo reviste o forma parte de las paredes de órganos huecos tales como la tráquea, el estómago, el trato intestinal, la vejiga, el útero y los vasos sanguíneos. Como un ejemplo de su función, podemos decir que los músculos lisos comprimen el contenido de esas cavidades, interviniendo así en procesos tales como la regulación de la presión, la digestión etc.
Además de esos conjuntos organizados, también se encuentran células de músculo liso en el músculo erector del pelo, músculos intrínsecos del ojo etc. La regulación de su actividad es realizada por el sistema nervioso autonómico y las hormonas circulantes.
Las fibras del músculo liso son menores y más delicados que las del músculo esquelético; no se insertan en el hueso, pero actúan como paredes de órganos huecos.
Alrededor de los tubos, por regla general, hay dos capas, una interna circular y una externa longitudinal. La musculatura circular constriñe el tubo; La longitudinal acorta el tubo y tiende a ampliar la luz. En el tubo digestivo, el esfuerzo conjunto de la musculatura circular y de la longitudinal impulsa el contenido del tubo produciendo olas de constricción llamadas movimientos peristálticos.
Hay dos tipos de músculo liso:
- Multiunitario: cada fibra se comporta como una unidad independiente, comportamiento semejante al músculo esquelético. Ejemplos: músculo erector del pelo, músculos intrínsecos del ojo etc. No se contraen espontáneamente y la estimulación nerviosa autonómica es la que desencadena su contracción.
- Los unitarios simples: las células se comportan de modo semejante al músculo cardiaco como si fuesen una estructura única. El impulso se transmite de célula a célula. Se puede decir que el músculo, en su totalidad, funciona como una unidad. Ejemplo: músculo intestinal, útero, etc.
Músculo cardiaco o miocardio
Forma las paredes del corazón, no está sujeto al control de los deseos del individuo, tiene aspecto estriado.
Sus fibras se disponen juntas para formar una red continua y ramificada. Por lo tanto, el miocardio puede contraerse en masa. El corazón responde a un estímulo del tipo «todo o nada», de ahí que se clasifique como unitario simple. El músculo cardiaco se contrae ritmicamente de 60 a 80 veces por minuto.
La unidad motora o unidad funcional
- Cada músculo tiene un nervio motor (grupo de fibras nerviosas) que entra en él.
- Cada fibra nerviosa se divide en ramas terminales, llegando cada rama a una fibra muscular.
- En consecuencia, la unidad motora esta formada por una sola neurona y el grupo de células musculares que este inerva o produce una acción nerviosa.
- El músculo posee muchas unidades motoras, responde de forma graduada dependiendo del número de unidades motoras que se activen.
La contracción muscular
La maquinaria contráctil de la fibra muscular está formada por cadenas proteicas que se deslizan para acortar la fibra muscular. Entre ellas hay la miosina y la actina, que constituyen los filamentos gruesos y finos, respectivamente. Cuando un impulso llega a través de una fibra nerviosa, el músculo se contrae.
Cuando una fibra muscular se contrae, se acorta y ensancha. Su longitud disminuye a 2/3 o a la mitad y se deduce que la amplitud del movimiento depende de la longitud de las fibras musculares. El periodo de recuperación del músculo esquelético es tan corto que el músculo puede responder a un segundo estímulo cuando todavía perdura la contracción correspondiente al primero. La superposición provoca un efecto de agotamiento superior al normal.
Después de la contracción, el músculo se recupera, consume oxígeno y elimina bióxido de carbono y calor en proporción superior a la registrada durante el reposo, determinando el periodo de recuperación.
El hecho de que consume oxígeno y libera bióxido de carbono sugiere que la contracción es un proceso de oxidación pero, aparentemente, no es esencial, ya que el músculo puede contraerse en la ausencia de oxígeno, como en períodos de acción violenta; pero, en esos casos, se cansa más rápido y pueden aparecer calambres.