Un buen sueño para un sistema inmunológico fuerte
Gracias a la regulación hormonal se consigue un poderoso efecto inmuno-protector
Si una persona ha sido golpeada por un virus, se puede acelerar el proceso de curación mediante un buen sueño; deducimos esto gracias a los resultados de un experimento que los investigadores de la Universidad de Lübeck publicaron en el Journal of Immunology en donde se demostró que el sueño es crucial para el funcionamiento del sistema inmunológico y que tomar ciertos suplementos naturales al momento exacto puede ser la clave.
Los investigadores inyectaron en la semana 0, 8 y 16, a 27 voluntarios varones jóvenes de 26 años una vacuna contra el virus que causa la hepatitis A; a la mitad de ellos se les permitió dormir la noche después de la inyección, a la otra mitad se los mantuvo despiertos leyendo, escuchando música, viendo televisión pero sin dormir.
A lo largo del año, los investigadores monitorearon la sangre de los individuos, descubriendo que en el transcurso del año, el porcentaje de las células inmunológicas capaces de reconocer el virus de la hepatitis A se incrementó (CD40L + VHA específicos de las células Th); a través de las células Th el sistema inmunológico puede eliminar inmediatamente la hepatitis A si el virus entra en el cuerpo.
Los investigadores también notaron que el aumento de CD40L + VHA específicos de células Th fue dos veces mayor en los hombres que se les había permitido dormir en el día en que fueron vacunados en comparación con los voluntarios que se habían mantenido despierto; después de la vacunación, el número de anticuerpos en la sangre (VHA – IgG1 específico) que podría reconocer el virus de hepatitis A aumentó.
- Los anticuerpos reconocen el virus de hepatitis A y ayudan a eliminarlo.
- La concentración de los anticuerpos también a
umentaron más fuertemente en los voluntarios que habían dormido después de la vacunación.
Los investigadores sospechan que las hormonas juegan un papel clave en el efecto inmuno-promotor del sueño; en ese periodo donde se duerme profundamente, se producen grandes cantidades de hormona de crecimiento que tiene un efecto estimulante sobre el sistema inmunológico.
Mientras se duerme, la producción de cortisol disminuye evitando que se inhiba el sistema inmunológico; los investigadores también creen que la hormona del sueño melatonina juega un papel importante.
La vacuna contenía una forma debilitada de un patógeno, que en menor escala, enseñarle al sistema inmunológico a reconocer el verdadero patógeno y como luchar contra él cuando hay un ataque real: este proceso de aprendizaje también tiene lugar si la persona se enferma y funciona definitivamente mejor si se duerme bien y manteniendo sano el ciclo circadiano.
