Tener paciencia con los músculos
Las cosas no son tan simples como diseñar un plan de entrenamiento y seguirlo
Vivimos en un mundo donde la espera ya no es una opción porque estamos condicionados por las exigencias y queremos que todo acontezca rápidamente; desde que entramos por la puerta del gimnasio queremos conseguir que toda la gente sepa y reconozca que estamos más fuertes que el día anterior, y que al salir con nuestros amigos y amigas, nos digan la típica frase “estais más musculoso…», y que esto se vincule con el entrenamiento con pesas.
Pero aunque se coma bien, se entrene perfectamente, se descanse en el tiempo justo, se periodice el entreno casi con perfeccción, existe un tiempo invertido que no se puede ahorrar ni con dedicación, ni con esfuerzo, ni con motivación; este tiempo se simboliza con el NO PAIN – NO GAIN, donde el NO PAIN significa No Desesperarse.
Si existe una preocupación porque los músculos no crecen todos al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que hay otros que tienen un mayor tiempo de adaptación al entrenamiento y que la individualidad biológica es la que dicta la rapidez en el crecimiento; un estudio reciente demostró que una de las razones por la cual las piernas no crecen tan deprisa como el pectoral, puede deberse a la biología y a la genética, y no a un mal entrenamiento.
Este interesante estudio apareció en el European Journal of Applied Physiology, y examinó el tiempo en que el cuerpo tardó en adaptarse al estrés inducido por el ejercicio en las partes superiores e inferiores; entonces se diseñó una rutina de entrenamiento para 17 hombres y 20 mujeres y se incluyó 6 ejercicios para piernas y pecho con 8 a 12 repeticiones por serie, 3 días por semana durante 12 semanas.
Utilizando ultrasonidos y pruebas de fuerza, los investigadores comprobaron los cambios en la fuerza y densidad muscular de las piernas y del pecho, y lo que descubrieron fue interesante;
- Tras las 12 semanas de entrenamiento, la fuerza aumentó en una media del 19% en extensiones de piernas y press de banco plano para los pectorales, en un 27% más en los hombres que en las mujeres.
- Los investigadores también descubrieron que los aumentos en la densidad muscular del torso fueron mayores en ambos grupos durante este periodo de 12 semanas.
Estas revelaciones por tanto son buenas y malas; buenas porque la ciencia verifica que nuestros músculos responden la velocidades distintas al crecer, y malas porque esos músculos responden de formas diversas.
Entonces debemos adaptar nuestras rutinas a nuestra genética, porque cada una de las personas son diferentes y es posible que el diseño previamente hecho por el instructor o por los textos de orientación profesional, no provea el orden y ni la periodización necesaria para que cada músculo reciba el estímulo necesario para crecer.
El punto clave en el entrenamiento entonces es cambiar consecutivamente nuestros estímulos, para romper las meseas con modificaciones en los ejercicios, en la cantidad de series, en el número de repeticiones, en la carga, y en los tiempos de descanso; con el tiempo se consigue descubrir que tipo de trabajo es más rentable para cada uno de los grupos musculares.