Príncipe de Asturias para investigación sobre lucha contra el dolor
Referentes de la neurobiología sensorial premiados en la categoría Investigación Científica y Técnica
Los bioquímicos norteamericanos David Julius y Linda Watkins y el israelí Baruch Minke fueron los vencedores del premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica por sus estudios sobre el dolor. La investigación premiada abre una esperanza para aliviar el dolor crónico, “uno de los grandes desafíos que está enfrentando la medicina”, afirmó el jurado. David Julius es profesor del departamento de Farmacología Celular y Molecular de la Universidad de California en San Francisco. Este investigador probó la existencia de receptores específicos en las transmisiones nerviosas que responden a estímulos que pueden causar dolor, como el calor o el frío.
A su vez, Linda Watkins, profesora de Psicología en la Universidad de Colorado, avanzó con un estudio sobre el dolor patológico para percibir porque algunos analgésicos consiguen aliviar el dolor.
Baruch Minke, director del departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea de Jerusalén, identificó por primera vez un nuevo tipo de canales, denominados TRP, directamente implicados en la percepción de señales sensoriales, que convierten los estímulos externos en señales eléctricas que llegan al cerebro y hacen que este experimente diferentes sensaciones.
El cuerpo, el dolor y el calor
Julius y Mink fueron candidatos al Premio Nobel de Medicina de 2007, por su investigación sobre como si relaciona el cuerpo con el dolor y el calor.
Los tres son científicos reconocidos mundialmente por los sus estudios innovadores sobre el dolor, son referencias mundiales de la neurobiología sensorial, ya que realizaron descubrimientos importantes para una comprensión más profunda de las bases celulares y moleculares de las diferentes sensaciones, en especial del dolor.
Sus trabajos investigan los receptores, canales y mecanismos moleculares que regulan esta sensación. Pero, sobre todo, abren una puerta esperanzadora al desarrollo de una nueva generación de medicamentos más eficaces para combatir el dolor cuando se convierte en un problema crónico, uno de los retos de la medicina.
Los premios Príncipe de Asturias, llevan el nombre del príncipe Felipe, heredero de corona de España, que a cada año premia a ocho personas o instituciones en ocho ámbitos: artes, cooperación internacional, concordia, ciencias sociales, comunicación y humanidades, deporte, investigación científica y técnica; y letras.