El poder antiinflamatorio de las enzimas proteolíticas
Las enzimas proteolíticas digieren la proteína ayudando en el proceso de digestión, quebrándola en aminoácidos; se pueden tomar como un suplemento, pero mejor aún, se pueden encontrar naturalmente en ciertos alimentos, siendo un gran ejemplo la papaya, que contiene la enzima proteolítica papaína, un ablandador de carne popular.
Si bien es importante tener en cuenta que el páncreas fabrica enzimas proteolíticas para digerir las proteínas en los alimentos que se consumen, también se pueden obtener a través de suplementos de enzimas proteolíticas. Algunos fabricantes derivan sus enzimas de fuentes animales, por ejemplo, suplementos que contienen tripsina o quimotripsina, que se extraen del ganado, mientras que los suplementos que contienen papaína o bromelina, provienen de fuentes vegetales; en cierto modo también existen suplementos combinados de fuentes vegetales y animales que son eficientes.
Cómo funcionan las enzimas proteolíticas
Según los científicos, las enzimas causan reacciones biológicas en el cuerpo y son capaces de ser utilizadas una y otra vez, a diferencia de las vitaminas y minerales. Son necesarias para cada acción química que tiene lugar en el cuerpo, sea en el sistema digestivo, el sistema inmunológico, el torrente sanguíneo, el hígado, los riñones, el bazo y el páncreas, así como la capacidad de ver, pensar, sentir y respirar, que también dependen de las enzimas.
Claramente, las enzimas proteolíticas son muy importantes; por otro lado, todas las vitaminas y minerales que se consumen y todas las hormonas que producen el cuerpo, necesitan enzimas para funcionar correctamente, regulando la función metabólica incluyendo la resistencia, los niveles de energía y la funcionalidad del sistema inmunológico.
¿Por qué es tan difícil obtener las enzimas proteolíticas?
Cuando se consumen alimentos que han sido cocinados o procesados, se pierde la eficacia de estas enzimas, por lo que muchas personas encuentran la necesidad de usar suplementos durante o entre las comidas. En general, las enzimas proteolíticas fomentan la curación de los tejidos y la recuperación muscular, además de dar apoyo al sistema digestivo integralmente.
Como se ha indicado, el principal objetivo de las enzimas proteolíticas es descomponer la proteína en sus bloques de construcción, los aminoácidos. Los científicos afirman que las proteasas probablemente surgieron en las primeras etapas de la evolución de proteínas como simples enzimas destructivas necesarias para el catabolismo de proteínas y la generación de aminoácidos en organismos primitivos.
El sistema digestivo produce una serie de estas enzimas; hay tres enzimas proteolíticas principales, el tripsinógeno, el quimotripsinógeno y la procarboxipeptidasa, cada una de las cuales es secretada en forma inactiva. Existen ciertos factores desencadenantes que las activan, sin embargo, cada una de estas enzimas proteolíticas atacan diferentes enlaces peptídicos.
Las enzimas proteolíticas también se conocen como proteasas; las tres principales proteasas son la pepsina, la tripsina y la quimotripsina.
- La enzima proteasa descompone la proteína que se encuentra en las carnes, aves de corral, pescado, nueces, huevos y queso y puede ser útil para las personas con alergias alimentarias o aquellos que tienen dificultad para digerir proteínas.
En última instancia, las enzimas proteolíticas son reguladoras esenciales y moduladoras que se necesitan para responder a las tensiones en el cuerpo. Cuando el cuerpo está estresado, desarrolla la inflamación, y ésta se encuentra en la raíz de la mayoría de las enfermedades; en fin, las enzimas proteolíticas ayudan al cuerpo a responder a la inflamación trabajando eficientemente para proporcionar protección antiinflamatoria.
El control de la inflamación y optimización del flujo sanguíneo
Las enzimas proteolíticas modulan el proceso inflamatorio por diversos mecanismos, incluyendo la reducción de la hinchazón de las membranas mucosas, la disminución de la permeabilidad capilar y la disolución de los depósitos de fibrina, formadores de coágulos sanguíneos y los microtrombos.
Científicos colaboradores de la revista científica, The Nutrition Review, citan que al reducir la viscosidad (espesor) de la sangre, las enzimas proteolíticas mejoran la circulación. Esto, en consecuencia, aumenta el suministro de oxígeno y nutrientes, manteniendo el transporte de desecho que son nocivos, lejos del tejido traumatizado.
Las enzimas proteolíticas también ayudan a quebrar las proteínas plasmáticas y los desechos celulares en el sitio de una lesión, y lo hacen en fragmentos más pequeños. Esto facilita el paso de nutrientes a través del sistema linfático, resultando en una resolución más rápida de una hinchazón, el alivio del dolor y la incomodidad que se dan en los huesos y las articulaciones afectadas; por consecuencia, las enzimas proteolíticas pueden ayudar a los atletas a recuperarse más rápido en el post-entreno.
Por otro lado, las enzimas proteolíticas proporcionan protección sinérgica para las células del colon, que son invadidas por los radicales libres. Esto lo hace sobre el ADN, debido a su capacidad de auxiliar en la absorción de nutrientes dentro del cuerpo y en específico esto es beneficio para el colon. Para concluir, las enzimas proteolíticas mediante su acción antiinflamatoria previenen la arterosclerosis y las enfermedades cardíacas, reducen la gravedad de las enfermedades inflamatorias intestinales o la colitis ulcerosa, además de limpiar el sistema inmunológico y gracias a muchos de sus propiedades, previenen el cáncer de colon.
Fuente
- Josh Axe Research: Proteolytic Enzymes Reduce Inflammation and Boost Immunity