El cáncer es la segunda causa de muerte en muchas poblaciones; la Sociedad Americana del Cáncer (American Cancer Society,ACS) estimó que 836,150 hombres y 852,630 mujeres en los EE. UU. y un número superior en el continente europeo serían casos nuevos diagnosticados en el 2017. El número estimado de muertes por cáncer será elevado, añadiéndose en el estudio que las tecnologías terapéuticas avanzadas y el diagnóstico precoz continúan afectando de forma inversa las estadísticas de cáncer y mejoran positivamente el bienestar de algunos pacientes con cáncer, como el cáncer de próstata y de mama
Aunque exista una disminución significativa del número de muertes causadas por el cáncer, es necesario continuar desarrollando herramientas eficaces para impactar positivamente en el bienestar humano. La prevención es otra alternativa que podría tomarse con gran consideración; se ha informado en muchos estudios que el aumento de la ingesta de frutas y verduras está asociado a la reducción de los riesgos de cáncer y en este caso, los antioxidantes, incluidos los carotenoides y los polifenoles, inhiben la oxidación de las moléculas que generan radicales libres, siendo el primer vínculo nutricional directo con la prevención.
Al desarrollarse un meta-análisis realizándose una búsqueda bibliográfica entre el 13 de marzo de 2017 y el 29 de mayo de 2017 en bibliotecas americanas usando las palabras clave «cáncer, carotenoides, antioxidantes», entre los informes publicados totales para los datos de estudios en humanos y animales, se observa que se considera una revisión crítica el uso de antioxidantes para prevenir o tratar diversos tipos de cánceres.
Suponemos que la cantidad de informes podría reflejar el número de proyectos de investigación y la tendencia de interés de la comunidad científica; el número de informes que usan antioxidantes y cáncer aumentó de 948 en 1997 a 3.053 en el 2015, mientras que por el contrario, la tendencia relacionada con los carotenoides disminuyó de 645 en 1997 a 432 en el 2015. Para desarrollar una idea precisa sobre esta tendencia, se realizó una investigación solo en estudios de casos, estudios clínicos y datos de ensayos, alineánodose los antioxidantes y los carotenoides; lo sorprendente fue analizar también que entre el año 2014 al 2017 esta tendencia empezó a mostrar un signo negativo, lo que explica una disminución de interés entre la comunidad médica sobre el papel de los antioxidantes en la prevención y el tratamiento del cáncer.
La disminución observada especialmente durante los últimos tres años puede deberse a la falta de éxito en algunos casos al demostrar el papel de los antioxidantes en la prevención y la terapia del cáncer, sin embargo está clara para la ciencia que hay muchos factores que deben tomarse en consideración para aclarar el papel biológico de los antioxidantes, como el tiempo de aplicación, la concentración de antioxidantes y la identificación de la naturaleza de las células tumorales.
La regulación de las especies reactivas de oxígeno (ROS) es un objetivo estratégico en la terapia contra el cáncer; se sabe que un nivel alto de ROS da como resultado un daño y disfunción mitocondrial, que termina con una actividad antiproliferativa. Dado que las células tumorales no tienen la misma bioquímica, incluida la producción alta, el estrés oxidativo podría usarse para detener o al menos reducir las células tumorales, con potencial para generar un alto nivel de ROS, que al final significa «proliferación».
Los antioxidantes tienen el potencial de regular negativamente la generación de ROS y radicales libres, lo que podría reducir los riesgos de desarrollar cáncer. Por el contrario, los factores de iniciación del estrés oxidativo no deben exceder el nivel que crea un desequilibrio entre los parámetros oxidativos y antioxidantes, siendo este el punto de inflexión sobre el tema; dado que existe una actividad antioxidante diferencial diferente entre los antioxidantes, una combinación podría ser lo más eficiente, médicamente hablando claro.
Por ejemplo, el estudio (Nishino et al. – 2009) informó que existe un alto riesgo de cáncer asociado con una alta combinación de antioxidantes, aunque para los atletas que entrenan duro el escenario podría modificarse. La mezcla de diferentes tipos de carotenoides puede ampliar el rango de efectos biológicos y mejora la eficiencia en la prevención o la extensión de la expectativa de vida, por tanto la comunidad médica según nuestro parecer (desde el punto de vista nutricional, claro), debería enfocarse en agregar otros tipos de antioxidantes y fitoquímicos con actividad anticancerígena, ampliando el espectro de posibilidad de sinergia anticancerígena en general.
Los suplementos de la mezcla de antioxidantes orales y las frutas y verduras como combinación se pueden complementar para cumplir con la dosis diaria recomendada, pero también se deben investigar los antioxidantes, la quimioterapia o el tiempo de aplicación de la radiación en el caso de las personas que sufren cáncer y dependen de terapias adicionales con antioxidantes u otras soluciones naturales, que han demostrado su eficiencia en ciertos casos específicos.
Fuente
- Journal of Nutrition and Food Sciences: Interest Trend on Antioxidants in Cancer Prevention and Therapy
