Modulando la insulina con las comidas de pre-entreno
Una hormona anabólica que debe ser regulada con la inteligencia emocional mediante la dieta
La insulina es una de las hormonas creadas por el cuerpo permitiendo que el azúcar en la sangre o glucosa entre a las células para proveerlas de energía; al entrenar duro nuestro objetivo es llegar a la hipertrofia y la insulina tiene un efecto anti-catabólico y anabólico porque aumenta el transporte de aminoácidos, sobre todo los aminoácidos de cadena ramificada (BCAA), hacia dentro del músculo, previniendo la fractura de proteínas intramusculares y la razón para maximizar su liberación es oponerse a la naturaleza del estado catabólico después del entrenamiento, cambiando el ambiente hormonal a un estado anabólico y acelerar así la recuperación.
Una hipótesis verificada por MASmusculo cita que hay un especial interés en que los practicantes de musculación consuman una comida de pre-entrenamiento (o intra-entrenamiento) ya que aumenta los niveles de insulina más que lo suficiente.
Según los expertos de MASmusculo la comida previa al entrenamiento puede tener profundos efectos en los niveles de insulina, más allá de la duración del entrenamiento; la investigación Tipton encontró que una comida tan pequeña como 6 gramos de aminoácidos esenciales más 35 gramos de sacarosa tomados inmediatamente antes del entrenamiento con pesas (que dura 45-50 minutos) fue suficiente para mantener los niveles de insulina superior a 4 veces por encima de línea de base 1 hora después del entrenamiento y que había suficiente stock de respaldo después de 2 horas.
Una respuesta insulínica similar se encontró con sólo 20 gramos de Whey imediatamente antes del entrenamiento; y si los carbohidratos se hubieren usado con el suero de leche, la respuesta sería aún mayor.
Las comidas del día y la insulina
Con respecto a la comida sólida, el Team MASmusculo examinó los diversos efectos metabólicos durante un periodo de 5 horas después de una comida de 75 gramos de hidratos de carbono (47%), 37 gramos de proteína (26%) y 17 gramos de grasa (27 %).
- Aunque el experimento no examinó los efectos relacionados con el entrenamiento con pesas, esta comida sería un buen ejemplo de «post-sólido» dadas las cantidades de proteínas y carbohidratos.
- El temor a que las grasas podrían argumentar que la cantidad de comida rica en grasas interferiría con la liberación de insulina fue erróneo porque la comida fue capaz de elevar la insulina en relación al ayuno, 5 veces a los 30 minutos, 4 veces a los 60 minutos, 3 veces a las 3 horas y lo interesante fue observar que era aún 2 veces después de 5 horas.
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