Los Omega-3 son anticatabólicos
Ahora nos enfocaremos en los Omega-3 y la prevención del catabolismo; resulta que el músculo está en un estado constante de cambio, y está continuamente siendo descompuesto, reparado y así, las nuevas células musculares están siendo sintetizadas. Este proceso de anabolismo y catabolismo es generalmente equilibrado, sin embargo, cuando nos centramos en la construcción de la fuerza a través del entreno y el aumento de nuestra ingesta de proteínas, estamos tratando de crear un balance de síntesis positiva neto, donde se construye más proteína en comparación con su descomposición.
Por supuesto, durante los períodos de lesión, enfermedad y prolongada inactividad, el catabolismo es a menudo mayor que el anabolismo, y podemos perder masa muscular. El sistema de catabolismo, o la descomposición de las proteínas, se rige por el sistema de ubiquitina proteasoma; este sistema busca y descompone las proteínas dañadas u otras proteínas que no son necesarias, o que de otro modo son excedentes a los requerimientos del cuerpo.
Este sistema en sí, mantiene la homeostasis, asegurando que tengamos los niveles adecuados de proteínas, en las cantidades correctas, en el momento adecuado. Por ejemplo, cuando tomamos un descanso en el entreno, o generalmente nos hacemos más inactivos, nuestra necesidad de la masa muscular disminuye, y así que la vía del sistema de ubiquitina proteasoma está «vuelta para arriba» y tendemos a perder la masa muscular.
Además, el sistema puede comenzar a funcionar incorrectamente y convertirse en más activo debido al envejecimiento, a las enfermedades infecciosas, a los cánceres, así como condiciones degenerativas e inflamatorias como Alzheimers, artritis, diabetes, así como otras condiciones que la hacen desequilibrar al sistema. Sin embargo, la suplementación de Omega-3, y específicamente los Omega-3 “EPA”, demostraron que pueden reducir o regular la vía del sistema de ubiquitina proteasoma, por lo que hay menos desgaste muscular.
Existe otra manera en los que los Omega-3 pueden tener efectos anti-catabólicos; es a través de su acción sobre los niveles hormonales. Las hormonas elevadas del estrés como el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina pueden causar la ruptura muscular y la suplementación con Omega-3 han demostrado en varios estudios que reduce el cortisol, la catecolamina y la activación suprarrenal.
En fin, los Omega-3 pueden formar una parte importante de un programa de fortalecimiento muscular y también puede constituir una parte importante del tratamiento y el cuidado de las enfermedades musculares y la pérdida muscular debida al envejecimiento, la enfermedad y las lesiones. Además, los Omega-3 proveen los otros beneficios para la salud incluyendo mejor función cerebral y cognición, mejor salud cardiovascular, un soporte para quemar grasa y mejorar los perfiles de lípidos.
Además, parece existir una especificidad a la que se requiere ácido graso para un objetivo determinado, ya que se ha demostrado que los Omega-3 “DHA” está más presente en las fibras musculares de tipo 2. Los Omega-3 DHA también contrastan la resistencia a la insulina inducida por palmitato, al igual que los oleatos del aceite de oliva; así que una ingesta de grasa equilibrada podría ser clave para aprovechar al máximo el poder de los aceites de pescado en un régimen de dieta y suplementación con Omega-3.
Recordemos que el hecho de que la sensibilidad a la insulina apoyada por ácidos grasos Omega-3 parece estar en el núcleo de muchos mecanismos de ahorro y fortalecimiento muscular y, que las estrategias nutricionales que apuntan a la regulación de la insulina tendrán un impacto en la masa muscular total.
