Si tienes sobrepeso, deberías salir más al sol con la protección obvia tanto a nivel de tu piel como con tu mascarilla para estimular tus células grasas.
Un interesante estudio realizado por investigadores de la Universidad de Alberta, ha demostrado que las células grasas que se encuentran justo debajo de nuestra piel se encogen cuando se exponen a la luz azul emitida por el sol.
Los investigadores hicieron el descubrimiento mientras investigaban cómo actúa la bioingeniería de las células grasas para producir insulina en respuesta a la luz, de modo ayudar a los pacientes con diabetes tipo 1.
Otro estudio publicado en febrero en la revista Cell Reports, desarrollado por científicos de Cincinnati Childrens que estudiaban cómo los ratones controlan la temperatura de su cuerpo, observaron implicaciones mucho más allá de describir cómo los ratones se mantienen calientes.
El estudio muestra que la exposición a la luz regula la forma en que dos tipos de células grasas trabajan juntas para producir las materias primas que todas las otras células usan para obtener energía.
Los autores del estudio continúan diciendo que las interrupciones en este proceso metabólico fundamental parecen reflejar un aspecto poco saludable de la vida moderna: pasar demasiado tiempo en el interior.
¿Luz solar que quema grasa?
Según los autores del estudio, la exposición insuficiente a la luz solar que se da en invierno, o que nos tocó enfrentar durante el confinamiento, puede estar promoviendo el almacenamiento de grasa.
El estudio dice que cuando las longitudes de onda de la luz azul del sol (la luz que podemos ver con nuestros ojos) penetran en nuestra piel y alcanzan las células grasas justo debajo, las gotas de lípidos se reducen de tamaño y se liberan de la célula, es decir, nuestras células no almacenan tanta grasa.
Tal vez este mecanismo contribuya a establecer la cantidad de células grasas que producimos en la infancia y se cree que permanece con nosotros hasta la edad adulta.
¿Un regulador de células grasas?
Según el hallazgo, las células grasas que almacenamos cerca de nuestra piel pueden ser un reloj biológico periférico.
La luz solar es la que regula nuestro ritmo circadiano, recibida a través de nuestros ojos, y también puede tener el mismo impacto a través de las células grasas cerca de nuestra piel.
La exposición a la luz solar que dirige nuestros patrones de sueño y vigilia, también puede actuar de manera sensorial, estableciendo la cantidad de grasa que queman los humanos dependiendo de la estación, es decir que ganas peso en invierno y luego lo quemas en verano.
Este podría ser un proceso evolutivo, respaldado por el hecho de que, a diferencia de muchos otros mamíferos, nuestra grasa se extiende por todo nuestro cuerpo justo debajo de nuestra piel.
Este hallazgo sobre las células grasas es solo una observación inicial y no es algo directamente relacionado con perder peso solo de esta forma, ya que aún no se conoce la intensidad ni la duración de la luz necesaria para activar esta vía en complemento con la dieta y el ejercicio.
Sin embargo, este nuevo descubrimiento abre nuevas vías de exploración científica futura que algún día podría conducir a tratamientos basados en la luz para la obesidad y otros problemas de salud relacionados, como la diabetes.
Fuente
- Sleep Reviews: Fat Cells Are Sensitive to Sunlight
- Cell Reports: Fat cells can sense sunlight—not getting enough increases metabolic syndrome risk