Implicancias nutricionales para las chicas que entrenan
Las mujeres que entrenan deben tener en cuenta el tratamiento nutricional y psicológico de la tríada
Actualmente hay un incentivo de la propia sociedad sobre el aumento de la actividad física como forma de calidad de vida, lo que es válido y muy importante; es así que cada vez más mujeres buscan ir al gimnasio para mantener el físico y también aumentar su desempeño como aficionada o para competir en diferentes disciplinas pero muchas veces dejan de lado algunos aspectos importantes a tener en cuenta.
La tríada es una adaptación fisiológica relacionada al gasto energético negativo por largos periodos de tiempo; la disponibilidad energética baja acarrea disfunción menstrual, reducción de producción de hormonas ovarianas en adolescentes, pérdida de masa ósea, o vinculándose al desorden alimenticio (bulimia y anorexia) siendo causa de osteoporis/osteopenia.
Dentro de ese escenario observamos un fenómeno aún despreciado por la mayoría de las personas (familia, entrenadores, atletas); la tríada de la atleta del sexo femenino que aparece frecuentemente en las gimnastas, patinadoras, luchadoras, tenistas, bailarinas, nadadoras o corredoras puede convertirse en un factor negativo y que disminuye el desempeño o induce a la aparición de lesiones o hasta fracturas incluyendo los problemas psicológicos.
Las señales de la tríada necesitan ser reconocidas por la familia y entrenadores sin tener que presionar a las chicas en virtud del peso, por lo tanto las mujeres físicamente activas y las atletas deberían ser educadas en cuanto a su nutrición y prácticas seguras de entrenamiento.
El principal factor de ocurrencia de la tríada es la presión que las mujeres sufren para alcanzar y mantener un peso irreal; inclusive hay investigaciones que indican que hay modalidades como el fútbol o el balonmano que no tiene al peso como factor muy determinante.
- Las niñas ganan masa grasa en la pubertad siendo presionadas por la sociedad para mejorar sobre todo su apariencia.
- Muchas recurren la diuréticos, ayuno prolongado y restricción alimenticia; esto las colocan en un riesgo nutricional.
Un estudio noruego mostró que hay mayor riesgo de desarrollo de la tríada en las chicas atletas en comparación las que no son atletas y entre las que practican deporte visando competir hay un mayor riesgo de aparición de la tríada porque requieren un físico magro, delgado y bien formado.
Con relación al tratamiento de la tríada, debe ser individualizado y combinado con la ingesta calórica adecuada al gasto energético diario incluido un mínimo de calcio en 1500 mg al día y vitamina D en torno a 400-800 UI a el día como forma de restablecer el metabolismo óseo.
Es extremadamente importante apuntar el papel del nutricionista en el proceso de tratamiento, pues sólo el restabelecimento del estado nutricional se muestra efectivo en la reversión de la tríada; no hay tratamiento farmacológico capaz de revertir, por sí sólo los efectos de la osteopenia ni la pérdida de la función reproductiva y aquí la nutrición es la solución incluyendo el apoyo de la suplementación natural para estimular a la mente y al cuerpo acompañado si es necesario por una terapia psicológica.