El té verde realmente se hace cada vez más poderoso
Identificación de compuestos que inhiben la actividad cancerosa
El potencial del té verde contra el cáncer es aún mayor de lo que se suponía; dos investigadores del Centro de Ciencia y Salud Ambiental de la Universidad de Rochester en los Estados Unidos descubrieron que componentes químicos en el té verde son capaces de anular uno de los principales vectores que llevan al cáncer provocado por el cigarrillo, aquí el objetivo del trabajo de Christine Palermo y Thomas Gasiewicz fue medir los efectos de las substancias químicas encontradas en el té verde en una molécula conocida como hidrocarboneto de arila (AH) que frecuentemente cumple un papel importante en activar genes con potenciales daños a la salud.
Gasiewicz, director del centro, había demostrado anteriormente tanto que el humo como la dioxina del tabaco manipulan el hidrocarboneto de arila, un blanco favorito de substancias tóxicas para provocar destrucción en el cuerpo humano.
La pareja de científicos aisló los componentes químicos del té verde e identificó dos compuestos que inhiben la actividad del hidrocarboneto de arila, la epigalocatequina galato (EGCG) y la epigalocatequina (EGC); las dos substancias son similares a los flavonoides encontrados en el brócolis, repollo, uvas y en el vino que también se cree puedan ayudar a prevenir el cáncer.
El té verde ha sido destacado hace años por el potencial anticancerígeno, así como por la capacidad de prevenir artritis reumatoidal y disminuir el colesterol, pero no se conocen los motivos; los científicos saben que el té verde cuenta con substancias que son antioxidantes y capaces de disipar moléculas dañinas, pero los efectos en los receptores del hidrocarboneto de arila eran, hasta ahora, desconocidos.
Es probable que los componentes del té verde actúen por diferentes vías, cuestión que es de singular importancia y hasta ahora desconocidos; Gasiewicz y Christine Palermo mostraron que el té verde anuló los receptores de hidrocarboneto de arila en ratones; y resultados iniciales indican que el mismo efecto es verificado en seres humanos.
- Los investigadores trabajaron con dosis de epigalocatequina galato y de epigalocatequina aproximadas a las encontradas en una taza de té verde, según ellos, el modo como el té verde es metabolizado por el cuerpo es fundamental para su eficacia y los resultados experimentados en el laboratorio no pueden ser traducidos para el uso doméstico.
- Más estudios son necesarias para saber los motivos exactos que llevan al té verde a inhibir el hidrocarboneto de arila, así como cuáles son las cantidades necesarias para un proceso anticancerígeno eficiente, cita Christine, que ganó un premio en un encuentro de la Sociedad de Toxicología americana por esta investigación hecha con Gasiewicz.
El descubrimiento de los investigadores de la Universidad de Rochester fue publicada el periódico Chemical Research in Toxicology de la Sociedad Química Americana.
Como ya sabemos un grupo de polifenoles son llamadas catequinas, que recientemente se hizo foco de estudios difundidos por su potencial anti-cáncer; la catequina más importante es conocida como epigalocatequina-3-galato y este EGCG pueden causar la muerte de las células cancerosas.
La epigalocatequina galato también puede funcionar, parando nuevas macetas sanguíneas de formación cancerígena, un proceso llamado angiogénesis, así, cortar el suministro de sangre hacia las células cancerosas; recordando que el EGCG es un poderoso antioxidante y un claro jugador importante para las calidades terapéuticas del té verde.
Además recordamos que el té verde también permite a que el cuerpo utilice más energía por lo que tiene un gran poder quemagrasas, simple pero muy efectivo.