El calentamiento pasivo de los baños calientes mejora el metabolismo
Se sugieren respuestas inflamatorias agudas inducidas por el ejercicio regular para mejorar el perfil inflamatorio y la sensibilidad a la insulina; como las elevaciones de la temperatura corporal median parcialmente esta respuesta, el calentamiento pasivo podría ser una herramienta viable para mejorar el perfil inflamatorio. Este estudio investigó los efectos agudos y crónicos de la inmersión en agua caliente en los marcadores inflamatorios y metabólicos.
Entonces, si no puedes hacer mucho ejercicio, aún puedes trabajar en tu salud; la exposición frecuente al calor, en forma de baño caliente sobre todo en esta temporada, mejora el equilibrio de la glucosa, informan investigadores de la Universidad de Loughborough, cuyos resultados se publicaron en el Journal of Applied Physiology.
El calentamiento pasivo en personas sedentarias y en sobrepeso
En el estudio, los investigadores trabajaron con diez hombres gordos y sin aptitud física, con un estilo de vida sedentario, a los cuales se les hizo tener un ciclo de baño caliente durante dos semanas. En este período, el grupo de intervención tomó un baño durante una hora 10 veces (calentamiento pasivo); la temperatura del agua se encontraba en 39 grados centígrados, mientras el grupo de control no tomó el mismo tipo de baño en forma continua.
Los resultados indicaron que el baño caliente duplicó el uso de oxígeno y aumentó la concentración de nitrito e interleucina-6 en el torrente sanguíneo, lo que puede emular el efecto del esfuerzo físico de un entrenamiento moderado a intenso por ejemplo. Después del tratamiento del baño de dos semanas, el nivel de glucosa disminuyó de 4.44 a 3.98 milimoles por litro en la mañana, y el nivel de insulina se redujo de 68.1 a 55.0 picomoles por litro.
En resumen; este estudio sobre calentamiento pasivo brinda apoyo científico para el uso de inmersión en agua caliente de modo a mejorar los aspectos del perfil inflamatorio y mejorar el metabolismo de la glucosa en hombres sedentarios con sobrepeso, y podría tener implicaciones para mejorar la salud metabólica en poblaciones que no pueden cumplir con las recomendaciones actuales de actividad física.
Aunque la investigación sobre el calentamiento pasivo para mejorar la salud cardio-metabólica está aún en su fase inicial, este estudio proporciona una sólida justificación para continuar el trabajo en un tratamiento que puede ofrecer una alternativa para las personas que no pueden realizar actividad física. Según los científicos; en el futuro, esperan extender esta investigación a las poblaciones que pueden beneficiarse más de las intervenciones de calentamiento pasivo, como los ancianos o las personas con discapacidades que les impiden participar de planes de entrenamiento.
Esta especulación por así decir a este estudio (Scandinavian Journal of Medicine and Science in Sports 2016 Jul; 26 (7): 745-54) y sin menospreciar estos datos, podría vincularse a estudios en humanos en los que los atletas que toman un baño caliente después de su entrenamiento logran resultados interesantes. O en el que tanto las personas en forma como las que no están en forma van a la sauna.
El calentamiento pasivo para personas activas
En otro estudio hecho por científicos del Centro Nacional de Medicina Deportiva y del Ejercicio en la Universidad de Loughborough en el Reino Unido se reclutaron a 14 hombres con cierta aptitud física y les asignaron una hora de ciclismo moderado o una inmersión de una hora en un baño de 104 grados. (Debido a que el grupo era pequeño y completamente masculino, los resultados aún deben validarse con estudios más amplios que incluyan hombres y mujeres, pero este es un punto de partida).
Como era de esperar, los ciclistas quemaron más calorías, pero los bañistas también quemaron aproximadamente 140 calorías en promedio, aproximadamente lo que habrían usado en una caminata de media hora; de manera más interesante, los investigadores midieron el azúcar en la sangre en los participantes del estudio durante las siguientes 24 horas y encontraron que ambos grupos tenían una capacidad mejorada para controlar el azúcar en la sangre, una medida importante de la salud metabólica.
De hecho, los niveles máximos de azúcar en la sangre de los bañistas después de comer eran aproximadamente un 10% más bajos que el nivel máximo de azúcar en la sangre para los ciclistas, lo que parece prometedor para usar el «calentamiento pasivo» como un medio para ayudar a controlar los trastornos metabólicos como la diabetes tipo 2.
Los bañistas también experimentaron una respuesta antiinflamatoria similar al efecto observado en las personas después de hacer ejercicio igual que en los sedentarios del primer estudio, lo cual también es prometedor, ya que las personas con enfermedades crónicas tienden a tener una inflamación crónica.
Al final, se sugiere que hacer sauna o baños de inmersión a temperaturas de 39-40 ºC frecuentes pueden reducir los riesgos de accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos, además de mejorar la presión arterial, regular las proteínas que ayudan a regular el azúcar en sangre conocidas como proteínas de choque térmico (HSP); además se apunta que los marcadores metabólicos en ciertas circunstancias tienden a ser similares para el post-entrenamiento como en el calentamiento pasivo.
Fuente
Journal of Applied Physiology: The acute and chronic effects of hot water immersion on inflammation and metabolism in sedentary, overweight adults