El aceite de pescado, la insulina y los ejercicios
Una mayor frecuencia en el entreno, y más ácidos grasos es la combinación ideal que todos debemos aprovechar
Algunos estudios muestran que el aceite de pescado protege a los humanos contra la diabetes de tipo 2, otros muestran que una dieta rica en ácidos grasos de pescado en realidad aumenta el riesgo de desarrollar diabetes; ahora los epidemiólogos de la Universidad de Pittsburgh en los EE.UU. probablemente han descubierto la razón por la que los diferentes estudios llegan a conclusiones diferentes, concluyendo que una dieta rica en ácidos grasos de pescado sólo protege contra la diabetes si también se realiza ejercicios con frecuencia.
Hace diez años, los artículos sobre los beneficios para la salud del aceite de pescado aparecían cada semana en los medios de comunicación por las controversias, inclusive los resultados eran decepcionantes cuando se lo relacionaba a la sensibilidad a la insulina y la propabilidad de desarrollar diabetes tipo 2; sin embargo, hay estudios realizados con animales y estudios de laboratorio con células humanas que han demostrado que la administración de suplementos de aceite de pescado puede mejorar el funcionamiento de la insulina en el cuerpo.
Los indicios de que el aceite de pescado mejora el efecto de la insulina son tan fuertes como los indicios de que el ejercicio físico mejora el funcionamiento de la insulina; como los efectos se parecen entre sí, pero trabajan en diferentes mecanismos, pueden ser una excelente combinación.
- El ejercicio estimula la captación de glucosa en las células musculares, ya que activa el transportador de glucosa GLUT4.
- Los ácidos grasos de pescado se oxidan en el cuerpo en sustancias que activan las proteínas PPAR, que es un sensor molecular que las células utilizan para detectar la grasa; la activación de las PPAR aumenta la quema de ácidos grasos y la sensibilidad de las células a la insulina.
Si el sistema de insulina funciona bien, los niveles de colesterol van a estar bien, y el organismo será menos propenso a desarrollar alguna enfermedad cardiovascular.
En los estudios concluyentes, se examinaron a 344 voluntarios con edades comprendidas entre 30 y 54 años, para ver si había una relación entre un alto consumo de aceite de pescado y un estilo de vida que incluía un entreno frecuente por un lado, y la sensibilidad a la insulina y la salud cardiovascular por el otro.
Los investigadores descubrieron que la mitad de los participantes que hacían gran cantidad de ejercicios incineraban más de 2.093 kcal por semana como resultado de ejercicio, y su salud cardiovascular se incrementaba, cuanto mayor era la cantidad de ácidos grasos de pescado en su sangre; lo mismo pasaba con la sensibilidad a la insulina, porque los que entrenaban más, tenían una sensibilidad a la insulina mayor, y esto también se incrementaba cuanto más ácidos grasos de pescado tenían en el organismo.