Adaptaciones intracelulares
El volumen de mitocondrias por unidad de volumen de fibra muscular disminuye a medida que el entrenamiento evoluciona
Las mitocondrias son unidades productoras de energía que se encuentran en el interior de la fibra muscular. Cuando el metabolismo energético fue estudiado se observó que la producción de energía en la mitocondria sólo acontece en condiciones aeróbicas, con abastecimiento adecuado de oxígeno y que había una gran estimulación de los enzimas oxidativas.
El entrenamiento de fuerza es un entrenamiento de características anaeróbicas, en la que el estímulo para la activación de las enzimas oxidativas es pequeño y bastante inferior cuando es comparado con aquel que tiene lugar durante una carrera. Tras estas consideraciones teóricas se espera que el número total de mitocondrias permanezca constante y que su densidad, definida como el volumen de mitocondrias por unidad de volumen de fibra muscular disminuya pues hay aumento del volumen de la fibra muscular (hipertrofia) inducido por el entrenamiento de fuerza.
Los trabajos relacionados refieren que hay una disminución del volumen de mitocondrias a medida que el entrenamiento evoluciona y la fibra muscular aumenta. Uno de los estudios indica una disminución de cerca del 9,6% tras seis semanas de entrenamiento. Este mismo trabajo concluyó que en la biopsia muscular, la cantidad absoluta de mitocondrias permanece constante. Otro aspecto investigado fue el área de la superficie de las membranas mitocondriales por unidad de volumen de mitocondrias, que permaneció constante. Se recuerda que la membrana externa está relacionada con la superficie disponible para el transporte de oxígeno hacia dentro de la mitocondria; la membrana interna, por otro lado, contiene las enzimas de la cadena respiratoria.
¿Cómo funciona el músculo?
La musculatura requiere funcionar correctamente y para ello debe estar alimentada por nutrientes específicos, que deben estar disponibles durante la contracción y decontracción. Las mitocondrias son las encargadas de suministrar la mayor parte de la energía necesaria para la actividad celular, actúan como transmisores de los nutrientes.
Las células musculares convierten la glucosa en ácido láctico, que es absorvido y es el combustible de las mitocondrias, que son las fábricas de energía de las células.
Cuando se practica ejercicios intensos, y cuando hay mucha demanda de energía, el lactato se produce más rápidamente que la capacidad de los tejidos para eliminarlo, y la concentración de lactato comienza a subir, entonces se asegura que la producción de energía continúe, y por ello se pueda seguir entrenando.
Pero para que el mecanismo funcione, hay que alimentarlo. El entrenamiento intenso hace la diferencia porque puede duplicar la masa de las mitocondrias y hacer que estas quemen más ácido láctico y los músculos puedan trabajar más duro por más tiempo.