Vive más años comiendo alimentos picantes
Un grupo de epimediólogos chinos examinaron las asociaciones entre el consumo regular de alimentos picantes y la mortalidad, así como la causa específica, en un estudio de cohorte prospectivo basado en la población de diez áreas diversas de China; en este mega-estudio, siguieron a medio millón de personas de entre 30 a 79 años, durante más de 7 años, analizando el consumo de diversos alimentos, entre ellos los picantes frescos.
Para analizar los datos se trabajó con mujeres y hombres que no tenían cáncer, enfermedades cardiacas o accidentes cerebrovasculares al inicio del estudio, conociendo que en la cocina china, las recetas con mucha pimienta roja un par de veces por semana, es un hábito tradicional; la hipótesis fue que las probabilidades de envejecer eran menores si seguía esta tradición. Al inicio del estudio se midió la frecuencia de consumo de alimentos picantes según autoinformes; el estudio que fue publicado en el BMJ en el 2015 muestra el trabajo hecho por la China Kadoorie Biobank, una organización que certifico el estudio en personas sin enfermedades cronicas y consumidoras habituales de pimientos.
Al final del análisis, los participantes del estudio que comieron alimentos picantes una o dos veces por semana demostraron un 10% menos de probabilidades de morir que los participantes del estudio que comieron alimentos picantes con menos frecuencia. Entre los participantes del estudio que comieron alimentos picantes tres veces a la semana o más a menudo, la probabilidad de muerte fue un 15%, lo que puede ser sorprendente solo en función a un tipo de alimento.
Pero las pruebas que desarrollaron científicamente mostraron en forma sorprendente que los alimentos picantes redujeron el riesgo de ataques cardíacos fatales y la mortalidad debido a enfermedades respiratorias; por otro lado, los alimentos picantes también pudieron proteger contra canceres letales y esto solo fue el caso para los participantes que consumieron pimientos rojos específicamente.
No importaba cuán viejos o pesados eran los participantes, y si fumaban o no; los alimentos picantes disminuían las probabilidades de morir, sin embargo, hubo una excepción a esa regla; el alcohol. En los participantes del estudio que bebieron alcohol, los alimentos picantes no ofrecieron esa protección en un porcentaje mayor.
Las conclusiones de los chinos fueron que sus análisis mostraron asociaciones inversas significativas entre el consumo de alimentos picantes y la mortalidad total y cierta causa específica (cáncer, enfermedades cardíacas isquémicas y enfermedades respiratorias) tanto en hombres como en mujeres. No obstante, dada la naturaleza observacional de este estudio, no es posible hacer una inferencia causal, por lo que se necesitarían más estudios prospectivos para demostrar la generalización de estos hallazgos en otros tipos de poblaciones.
La idea es desarrollar dietas actualizadas y al mismo tiempo fabricar alimentos funcionales y suplementos de hierbas que puedan proteger al organismo y llevar a la longevidad.
Mecanismo de acción de los alimentos picantes para la longevidad
La capsaicina es el principal componente activo del ají picante; las funciones beneficiosas de la capsaicina se han descrito ampliamente en relación con los efectos antiobesidad, antioxidantes, antiinflamatorios, anticancerígenos y antihipertensivos, y en la mejoría de la homeostasis de la glucosa, en gran medida en estudios de poblaciones experimentales o de pequeño tamaño.
Además, la función antimicrobiana de las especias, incluida la guindilla, ha sido reconocida desde hace tiempo, y tal propiedad puede tener un efecto importante sobre la microbiota intestinal en los seres humanos. En los últimos años, la evidencia emergente rápidamente ha implicado a la microbiota intestinal como un nuevo e importante factor metabólico que afecta la salud del huésped, y varios estudios en humanos han relacionado la abundancia, composición y metabolitos de la microbiota intestinal con el riesgo de obesidad, diabetes, cirrosis hepática, y enfermedad cardiovascular.
Sin embargo, cómo los alimentos picantes y sus ingredientes bioactivos pueden afectar la composición y la actividad de la microbiota intestinal aún no se ha investigado. En este caso, este estudio sugirió un umbral de alrededor de 1 o 2 días a la semana de consumo de alimentos picantes, más allá del cual el riesgo de mortalidad no disminuyó aún más. Los posibles mecanismos podrían implicar la bioaccesibilidad y la biodisponibilidad de ingredientes bioactivos y nutrientes de alimentos picantes, pero tambien, varios estudios epidemiológicos previos han sugerido efectos protectores del consumo de capsaicina en el cáncer de estómago o de vesícula biliar, aunque tales efectos no se observaron consistentemente.
Por otro lado, el sistema cardiovascular es rico en nervios sensitivos sensibles a la capsaicina, que desempeñan un papel importante en la regulación de la función cardiovascular; las propiedades antioxidantes y antiplaquetarias de la capsaicina y el importante papel de la capsaicina en la regulación del metabolismo energético también pueden contribuir a sus efectos benéficos en el sistema cardiovascular.
Si bien son menos conocidos son los posibles mecanismos subyacentes al efecto potencialmente beneficioso de los alimentos picantes sobre las enfermedades respiratorias, los efectos antiobesidad, antioxidantes, antiinflamatorios y antihipertensivos de los alimentos picantes generalmente protegerían todos estos sistemas específicos.
