Porqué algunas frutas no se mezclan
Existen leyes de combinación de alimentos para proteger nuestro sistema digestivo
Los términos usados por los expertos para dividir el mundo de las frutas son «Ácidas, Semiácidas, o Dulces», y es una de las cuestiones que no siempre tenemos a mano ni conocemos, sin embargo cuando queremos probar unas granadas, papayas o caquis, necesitamos una lección de como seleccionarlas o combinarlas en la dieta diaria. La tipificación de las frutas es un concepto general de la nutrición, pero el pensamiento científico se orienta a dividirlos por sus diferentes ritmos de digestión, pues una mezcla inadecuada puede causar una fermentación en el sistema digestivo, reduciendo el tiempo de tránsito y conduciendo a hinchazones o desequilibrios bacterianos.
Los alimentos apropiados son aquellos que combinados hacen menos esfuerzo y tensión en nuestro sistema digestivo y pasan más rápido, pues una digestión fácil aumenta la biodisponibilidad de los alimentos citan los investigadores nutricionistas; el equipo de trabajo del Centro de Investigación MASmusculo concluye que los cuerpos utilizan los nutrientes que ingerimos y esto ayuda en el proceso, y da lugar a una eliminación saludable.
- Las frutas ácidas contienen ácido y complejos; reducen los niveles de colesterol, ácido úrico y triglicéridos.
- Las frutas semiácidas son menos fuertes en ácidos, pero más simples; son unas excelentes fuentes de proteínas de alto valor biológico.
- Las frutas dulces no contienen ácidos, pero sí mucha vitamina A, C, E, y vitaminas del complejo B12 y B15
- Las frutas neutras son más ricas en proteícas, sales minerales, oligoelementos y vitaminas.
Como protocolo siguiendo esta regla, puede ser especialmente beneficiosa para ayudar a sanar a un tracto digestivo ya comprometido por un desequilibrio de la flora, señalan nuestros profesionales, pero puede ser una manera restringida de comer, lo que se contrapone a algunas recetas como una manzana con una mantequilla de almendras, o los batidos que se mezclan con frutas y verduras, lo que tiene su explicación.
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Sin embargo, ordenar las frutas en nuestra dieta puede ser una manera fácil de obtener muchos de los beneficios citados bajo esta concepción nutricional.
- Las frutas ácidas como el pomelo, las piñas, granadas, manzanas ácidas, y ciruelas, o las fresas o los tomates no combinan con frutas dulces como uvas, bananas, caquis, higos, ciruelas pasas o similares.
- Las frutas ácidas como el pomelo pasan con dificultad por el estómago, entonces se puede mezclar con una fruta semiácida como los arándanos; otra combinación sería, la de las frutas dulces como manzanas, albaricoques, cerezas, peras, o papayas con las semiácidas como el durazno, la frambuesa, el mango, la jocote, la fresa, o la guayaba.
- Frutas como los melones o la sandía por su alto contenido de agua, deben consumirse solas, pues se digieren más rápido que otras frutas.
- En una ensalada de frutas mezclar la manzana, el melón, la piña, la banana y la fresa, puede hacer añicos a nuestro sistema digestivo; en su lugar se puede hacer un tazón de bajas con arándanos o frambuesas.
- En el pre-entrenamiento los melones son excelentes para la hidratación pero se digieren con demasiada rapidez, mientras que el azúcar de las frutas dulces ofrece energía de corta duración; en su lugar es mejor aprovechar los poderes de las frutas semiácidas como una manzana o una nectarina de más densidad, y fibras para enfrentar una dura sesión de ejercicios.