Malabares, Videogames e Imaginación para mejorar el desempeño del atleta
Al parecer es posible comandar directamente los movimientos con el auxilio de la actividad cognitiva
Con varios años de entrenamiento, una parte de los atletas no alcanzan el desempeño esperado. A pesar del esfuerzo para entrenar y realizar dietas, la infraestructura, participación en torneos, entre otros factores que influencian en el desempeño, todavía estamos lejos de descubrir los medios más eficientes para el entrenamiento mental, desde la iniciación deportiva hasta llegar a ser un profesional con la mente “turbinada”. Es un recorrido largo y arduo, donde pocos consiguen estar entre los mejores del mundo. De un lado, el desconocimiento sobre los aspectos neurocientíficos, de otro, los entrenamientos técnicos y tácticos por varias horas durante años, fuera de la propia preparación física.
El estudio sobre el cerebro, en ese sentido, está contribuyendo para que los psicólogos del deporte y del ejercicio puedan desarrollar intervenciones que permitan disminuir el tiempo de entrenamiento y el periodo desde la iniciación deportiva. La ciencia del cerebro todavía es un área con poca aplicación, todavía son necesarios muchos trabajos médicos o técnicos para obtener resultados significativos y mostrar que realmente funciona. Pero, poco a poco, están siendo divulgadas algunas investigaciones que demuestran alteraciones en el cerebro tras algunas horas de entrenamiento. Uno de los casos es la técnica de los malabares con pelotitas.
Un científico llamado Draganski, con sus colaboradores, por ejemplo, realizaron un estudio para verificar la mudanza estructural en el cerebro en 12 jóvenes. La tarea era mantener tres pelotitas en el aire con las manos durante un entrenamiento que duró tres meses. Pasado este periodo, los autores verificaron a través de una resonancia magnética funcional, un aumento en el área de la corteza visual y parietal, resultando en la evolución de la visión de movimiento y en la localización espacial, respectivamente. Esta investigación reveló que el cerebro puede modificarse estructuralmente y no solamente en el aspecto funcional.
El videojuego también puede ser un aliado para mejorar la concentración (atención en foco interno y externo) en las estrategias de aprendizaje, en el control de la ansiedad, entre otras habilidades cognitivas y emocionales que son relevantes al momento no solo de entrenar, sino de seguir un plan de entrenamiento completo que incluye dietas, suplementación, descanso y seguimiento del rendimiento físico, no dejando pasar el aspecto emocional y del instinto natural. Todo dependerá de como el videojuego es utilizado en los practicantes de actividades como la musculación. Por ejemplo, un estudio publicado en una de las investigaciones científicas más conceptuadas, «A Nature», mostró que los novatos en el videojuego mejoraron su atención visual tras 10 días de entrenamiento. Además, el mismo estudio demostró que los usuarios habían mejorado la capacidad de orientación espacial y resolución temporal.
Las estimulaciones sensoriales-motoras
La práctica con los malabares puede contribuir para que otras áreas del cerebro sean activadas por el atleta de momento que el adversario presente una fuerte oposición en caso de competencias, pues su percepción estará preparada para su mejor desempeño. No hay dudas que otros ejercicios puedan contribuir a mejorar su performance, pero aquí el objetivo es mejorar algunos movimientos visuales-motoras. Los atletas dependen básicamente de la visión y los movimientos motores, además de la buena preparación física, de la alimentación y de la técnica/táctica. Entonces, esa coordinación entre lo que su ojo ve (procesos perceptivos) y la parte motora, necesitan estar actuando de forma a obtener el mejor desempeño. El objetivo es mantener tres pelotitas en el aire y tras algunas horas/días de entrenamiento de seguro se conseguirá mejorar su performance con las pelotitas.
Thomas Schack, de la Escuela Superior de Deportes de Colonia, Alemania, parte del principio de que muchos problemas diferentes de naturaleza biomecánica y física necesitan ser resueltos a fin de que un movimiento sea ejecutado con éxito. Sin embargo, toda acción en el deporte – el levantamiento de la barra en el culturismo, por ejemplo – se compone de fases diferentes y bien delimitabables de movimiento, cada una contiene sub-movimientos funcionales, y es a partir de ahí que los problemas pueden ser resueltos. Si los movimientos no están controlados por programas motores, pero sí por intermedio de la imaginación; entonces puede ser posible demostrar en los deportistas la presencia de planos mentales relativos a esos mismos sub-movimentos. Con el auxilio de ingeniosos métodos cognitivo-psicológicos, Schack fue capaz de mostrar que los tenistas profesionales disponen de planos mentales organizados jerárquicamente y almacenados en la memoria de largo plazo, los cuales son evocados de momento del saque. En esos planos, se diferencian con claridad fases aisladas, tales como la «rotación del tronco», «aceleración de la raqueta», «estiramiento del cuerpo» y «golpe en el balón».
Al parecer es posible comandar directamente los movimientos con el auxilio de la actividad cognitiva, sin que para ello exista un programa especial que coordine los músculos de alguna forma establecida. Entoces si esto pasa se puede transformar en acción directa, nuevas ideas de movimiento, sin precisar planearlas, aprenderlas y controlarlas en los programas musculares correspondientes.