Los sentidos alteran el sabor o la cantidad de comida
Un estudio publicado en el Journal of Experimental Psychology sobre percepción humana y rendimiento muestra qué tipos de sabores pueden ser alterados para estimular los sentidos de diversas formas; por ejemplo, si se consumen ciertos alimentos en un plato blanco, los invitados pueden pensar que los mismos pueden saber más dulces que si se usan un plato negro, y obviamente esto también es válido para la sensación del aroma o el sonido, lo que implica algo más de lo que pensamos sobre nuestras reacciones ante diversos escenarios.
El experimento científico se centró en algunos ejemplos como este; un grupo de individuos se sentaron en una maqueta simulando una cabina de un avión, oyendo el sonido de los motores a reacción por una media hora antes y durante cada comida; los resultados al final del estudio calificaron la percepción por los sabores salados, amargos, y ácidos comparando la incidencia de los ambientes silenciosos y ruidosos, observándose que los sabores dulces fueron reprimidos con el ruido, y que los sabores salados fueron estimulados en el mismo ambiente.
Los investigadores creen que la relación entre el sonido y el gusto se origina con los nervios de las papilas gustativas que cruzan la membrana de la oreja en el camino hacia el cerebro; de la misma manera la forma de que los alimentos se presentan visualmente y su aroma tienen un impacto en el gusto, demostrándose como los sentidos alteran el sabor o la cantidad de comida.
Otro estudio presentado en la Reunión Anual de la Sociedad de la Obesidad en Los Angeles sugiere que las palabras pueden tener un ipacto diferente en las personas delgadas en comparación con las personas con sobrepeso; los investigadores mostraron palabras relacionadas con la alimentación a unos 35 adolescentes tanto con un mayor, como con un menor riesgo de obesidad. En este caso, las personas con un mayor riesgo de obesidad mostraron una respuesta cerebral más elevada de palabras asociadas con alimentos altos en calorías como las alas de pollo o el chocolate, y estos mismos adolescentes consumieron más en una comida después de la prueba de las palabras, en comparación con los más delgados.
Fuentes
- ON Research: How noise alters foods taste
- ABB Performance Articles: How words weigh in on over-eating