Los poderes termogénicos de la clorofila
Una forma inteligente de complementar la dieta con un inhibidor de apetito natural
Los vegetales verdes como la espinaca, la escarola, o los superalimentos que contienen clorofila como la espirula, o la hierba de trigo, son saludables y esto no queda duda, pero si se consume un par de gramos al día de clorofila, es probable que el proceso de pérdida de peso sea más fácil; un estudio hecho por investigadores suecos de la Universidad de Lund publicado en algunas revistas importantes sobre nutrición deportiva, demuestra como funciona el proceso.
Los suecos dieron a 53 mujeres con sobrepeso de edades comprendidas entre 40 y 50 años, 5 g de tilacoides diarios con clorofila derivados de la espinaca, observándose que esto redujo drásticamente el apetito por los dulces y las patatas fritas. En sí, la clorofila, es un grupo de compuestos que hacen que las plantas verdes conviertan la luz solar en energía, pero además de estar en las células de las plantas, también se presentan en las cianobacterias tales como la espirulina, y en el cloroplasto de la clorofila se encuentra un tilacoide.
El ser humano consume por lo general al consumir verduras, unos 250 a 300 mg de clorofila, y siendo este factor algo relevante para la salud y en este caso para control del sobrepeso, se experimentó con la suplementación con tilacoide, llegándose así a demostrar que la clorofila inhibe la absorción de grasas en el intestino, lo que significa que las grasas de los alimentos viajan más lejos a lo largo del tracto digestivo y como resultado, estimula la secreción de hormonas que regulan la sensación de saciedad como la CCK y la GLP-1.
En el experimento, los investigadores pidieron a los voluntarios entrenar 30 minutos diarios, comer vegetales con sus comidas, y restringir la cantidad de snacks o bocadillos entre comidas durante unas 12 semanas, pero a la mitad de ellos, se les dio el suplemento con los 5 g de tilacoides derivados de espinacas con 60% de clorofila, antes del desayuno. Así, el estudio demostró que aquellos que consumían más clorofila diariamente inhibieron poderosamente las ganas de comer dulces y golosinas saladas, o las propias comidas chatarras.
Como era de esperar, los tilacoides impulsaron la concentración de la hormona supresora del apetito de GLP-1, por otra parte, también redujeron el colesterol LDL, probablemente porque los tilacoides estimulan al cuerpo a hacer más bilis, que se hacen a partir del colesterol. La conclusión podría ser que consumir clorofila, es una forma inteligente de complementar la dieta para reducir el colesterol en la sangre, disminuyendo el apetito y reduciendo el peso en forma significativa, si se usa como un complemento a hábitos como dormir por las noches unas 8 horas, dejar el alcohol y el cigarrillo, tomar agua y té verde por ejemplo, y por supuesto, preparar delicias como ingredientes sanos.