Los neurólogos corrigen error en el procesador del habla
El mecanismo en el cerebro que procesa el habla está en una sección diferente a la que se creía
A finales del siglo 18 un neurólogo alemán definió a una zona del cerebro denominada área de Wernicke que se encontraba en la parte posterior de la corteza cerebral y detrás de la corteza auditiva que procesa el sonido; ahora una investigación científica de importancia realizada en el Centro Médico de la Universidad de Georgetown – Washington utilizando más de 100 resonancias magnéticas demostró que el área de Wernicke se encuentra 3 cms más cerca de la zona frontal del cerebro y delante de la corteza auditiva que hace una gran diferencia dentro del campo de la investigación sobre la anatomía humana.
Según los científicos como el Prof de Neurociencias Josef Rauschecker que encabezó el estudio resumió que los libros médicos deben ser actualizados de inmediato; este estudio y sus resultados también están publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences añadiendo que durante los ensayos se hicieron testes de laboratorio e investigaciones cruzadas sobre 115 estudios previos sobre la percepción del habla donde se usaban resonancia magnética (IMR) o tomografías por emisión de positrones (PET por su sigla en inglés) .
- Un análisis de las imágenes cerebrales definió la nueva localización del área de Wernicke proveyendo una nueva perspectiva para tratar a los pacientes que sufren de daño cerebral o embolia.
- Si un paciente no puede hablar o entender el lenguaje, desde ahora se posee una buena pista sobre el sitio donde puede haber algún daño y con esto decidir como resolver el inconveniente o realizar determinados tratamientos.
El descubrimiento aporta también inquietantes controversias sobre los orígenes del lenguaje de los humanos y los primates; esto puede ser significativo inclusive para otras áreas médicas ya que se puede dilucidar las diferencias entre la arquitectura de procesamiento de dos especies similares pero diferentes al procesar palabras, dejando abierta la hipótesis que los humanos y primates pueden ser más similares de lo que se creía.
Apuntan modestamente los científicicos que el estudio verifica lo que otros investigadores anteriores han hallado desde principios de los años 90, pero que la ciencia médica y sus representantes se rehusaban a contradecir un siglo de conocimientos; según muchos estudiosos médicos llegó la hora de conciliar la nueva información y aclarar la teoría en función a un nuevo panorama sobre la comunicación entre seres humanos.