Los desafíos que pasamos para llegar a nuestros objetivos
Los desafíos que pasamos para llegar a nuestros objetivos: el mundo está engordando y todos son expertos en por qué; aquí hay una lista de lo que la gente culpa, desde las dietas, la información contradictoria de los gurús del fitness, el azúcar, las hamburguesas, incluso la familia, el estrés del empleo o los gimnasios intimidantes. ¿Estas cosas juegan un papel en la obesidad?. Indirectamente, tal vez…
La capacidad de coger responsabilidad
Así como cada vez tenemos más sobrepeso, también nos estamos volviendo menos capaces de asumir la responsabilidad; es una virtud que está pasando de moda. Esto apesta porque cuanto mejor se hagan las cosas con responsabilidad, más probable es que se busque la oportunidad de arreglar las circunstancias en lugar de convertirse en una víctima de ellas.
Así es como la debilidad mental se convierte en debilidad física; las personas débiles son rápidas para señalar con el dedo a las fuentes externas en lugar de encontrar oportunidades para superar sus desafíos personales. De acuerdo, las cosas que culpan pueden ser desafíos legítimos pero existen factores fisiológicos y psicológicos que hacen que la pérdida de grasa y la ganancia muscular parezcan imposibles; obviamente nadie recibe un boleto gratis y a menudo, las personas que se ven como bestias tienen tantas o más desventajas para luchar que las personas que están en sobrepeso.
La verdad sobre la gente en forma
Todo el mundo que está en forma lucha por ello de alguna manera; no nos ha sido dado. Todos tenemos desventajas personales y desafíos que superar. Así que, a menos que seamos una en un millón de las pocas personas genéticamente dotadas y bendecidas por la naturaleza, no podemos empobrecerse sin luchar y menos pensar en construir músculos sin luchar.
Además de eso, las luchas cambian anualmente, mensualmente, a veces incluso diariamente; entonces, una vez que se superemos nuestros desafíos iniciales, nos enfrentaremos a más. Y suceden en todas partes; bajo la barra, en la escuela, en el consultorio del médico, en la cocina o en el coche, en cualquier lugar. Ponernos en forma no es algo que sucede exclusivamente en el gimnasio, pues es lo que hacemos constantemente con cada elección de la vida.
El desafío de entrenar serio
Muchos no nacemos como atletas naturales y no tenemos la genética para ser delgados de forma natural o fácil; empezamos luchando contra las comidas en la época de adolescentes y terminamos luchando contra nuestros desafíos dentro del entrenamiento con pesas, la vida de pareja y la familia, o el trabajo, entre otras actividades.
Posteriormente, cuando nos hacemos más eficientes, suben nuestros desafíos como regular las lesiones propias del entrenamiento, luchar contra las sensibilidades alimenticias dolorosas o niveles minerales bajos. Al final de cuentas, cuando estos desafíos los superamos, volverán a aparecer otros y así es la vida, pero no es razón suficiente para culpar al mundo y dejar todo lo que hemos hecho con esfuerzo.
Nuestro cuerpo, nuestro negocio
La mayoría de las personas no han pasado por las pruebas de error dentro del fitness; no les gusta levantar cosas, ni van a la tienda pensando en los macronutrientes, los ingredientes o el valor nutricional general y bueno por un lado está bien. Están en lo que les gusta y a menudo son personas extremadamente inteligentes, lo que significa que si quieren hacerse más fuertes y más ágiles, encontrarán maneras, pudiendo contratar instructores, leer libros, investigar un poco, cocinar para sí mismos en lugar de salir a comer, beber un poco menos, dormir un poco más y conectarse con grupos de personas con desafíos similares.
Lo mismo pasaría con nosotros; si tenemos sobrepeso, no permitamos que nadie nos diga que no tenemos otra opción, o que lo hicimos de esta manera y que estaba totalmente fuera de nuestro control. ¿Por qué?… porque si pensamos así, entonces probablemente nunca nos sentiremos lo suficientemente competentes como para tomar el control, al menos no a largo plazo.
Si no nos importa fortalecer nuestro cuerpo o mejorar nuestro salud, es nuestro asunto; priorizaremos lo que es importante para nosotros. Simplemente no digamos que la industria del fitness nos falló, o que los libros de dietas, los fabricantes de alimentos o nuestra familia son los culpables de las repercusiones que estamos enfrentando ahora… en fin, es nuestro cuerpo y nuestro negocio, ¿no?.
Los desafíos y las tentaciones
Cuanto más tiempo nos hemos entregado, más difícil será crear hábitos que nos harán más fuertes y nunca cambiaremos, a menos que veamos los desafíos como lo que son: vencibles. La buena noticia es que cuantos más golpes tengamos, mejor lo conseguiremos; acusar a otras personas por nuestras circunstancias solo posponen las cosas buenas que podríamos estar disfrutando. Entonces la responsabilidad personal no es negociable. Es el primer paso.
Luego esperamos a la tentación y planeamos como vencerla; la tentación es ineludible y todos las enfrentamos. Ni la familia, ni la pareja, ni los amigos, ni la madre puede tentarnos con la comida o los malos hábitos, incluso dormir más tarde; recordemos que incluso en circunstancias difíciles como al estar enfermos, siempre hay una manera de elegir las mejores opciones dentro de un conjunto de circunstancias.
Si no podemos obtener ayuda en casa, es mejor encontrarla en otro lugar y luego pasar a ser un modelo para nuestra familia; todo va a ser una lucha, pero se supone que es así. Si no estamos luchando, entonces probablemente no estaremos progresando, pues la lucha es lo que nos impiden volvernos más débiles, más gordos, menos móviles y más incompetentes como dueños de nuestros cuerpos.
El juego de culpas no nos hará estar más en forma ni más saludables; no funciona para el resto del mundo, así que no esperemos que funcione para nosotros. La pregunta es, ¿vamos a luchar contra nuestros desafíos o dejaremos que nos posean?… la decisión es nuestra; siempre ha sido así y siempre lo será.