Las acciones automáticas y las intencionales en el cerebro
Una función del área del córtex puede aprender de acciones automáticas e intencionales en paralelo
Si ponemos en consideración un botón de ascensor del lugar del trabajo donde se hace un hábito la rutina, esta acción es automática, pero si tenemos que usar un ascensor en que nunca entramos, el apretar el botón se convierte en una acción intencional; los científicos de neurociencias europeos explican con este ejemplo la importancia del poder en el día a día, en el cual se alternan entre acciones automáticas y las intencionales de forma rápida y correcta.
El punto de partida del estudio portugués publicado en la revista Nature Communications, fue desarrollado en la Fundación Champalimaud en Portugal y en el NIAAA, National Institutes of Health (NIH) en los Estados Unidos, fue descubrir el circuito neural que se relaciona con esta capacidad, que de cierto modo, nos permite quebrar los hábitos.
En las pruebas fue desarrollada una tarea en la cual los ratones alternaban sus acciones intencionales y habituales; esta tarea permitió, por primera vez, examinar cuales las regiones del cerebro responsables por la quiebra de hábitos, vinculando los resultados con estudios anteriores que demostraron que las acciones intencionales son controladas por la región más medial del acanalado y las acciones automáticas son resultado de la actividad neural en la región más dorsal de esta misma área del cerebro.
Las conclusiones de estas investigaciones revelan que existe un área del córtex (la zona órbito-frontal) que es fundamental para la alternancia entre los dos tipos de acciones; los científicos explican que cuando inhibimos las neuronas del área órbito-frontal del córtex (en los roedores), se consigue reducir sus acciones intencionales, y a través de una técnica llamada optogenética, se observa un aumento selectivo de las acciones intencionales.
Los resultados de este estudio sugieren algo extraordinario, pues los mismos circuitos neurales funcionan de una forma dinámica, permitiendo el aprendizaje de acciones automáticas e intencionales en paralelo; ahora bien, el descubrimiento de esta función del área órbito-frontal del córtex podrá tener importantes implicancias clínicas, específicamente al nivel de la neuropsiquiatria, o inclusive dentro del deporte, porque el cuerpo estará mejor vinculado con el cuerpo.