La música en el entrenamiento
Una investigación sugiere que el tipo de canción puede influenciar en la performance y eficacia de los ejercicios.
Según el médico Costas Karageorghis, de la Universidad Brunel, en los alrededores de Londres, oír las ciertos tipos de músicas antes y durante los ejercicios mejora la performance hasta 20%. El investigador recomienda músicas más rápidas para ejercicios de mayor intensidad y más lentas para ayudar al calentamiento, pues la velocidad de la canción es una de las claves motivacionales para el aumento de la performance, no importando si la persona oye rock o música clásica.
Según Karageorghis, cada individuo necesita crear su propia lista según sus preferencias musicales y la intensidad de la actividad deportiva a ser desarrollada. Antes del inicio de alguna actividad física, una canción alta y más rápida puede ser usada como estimulante, y una canción más lenta puede ser usada para calmarse antes de la performance.
Por ejemplo, James Cracknell, del equipo de remo británico que fue medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Sydney, en el 2000, y Atenas, 2004, dijo a los investigadores que oír el álbum Blood Succionar Vie Magic, de la banda californiana Red Hot Chilli Peppers, era parte integral dentro de su preparación antes de las pruebas. En cambio, el campeonísimo olímpico de boxeo para gran Bretaña en Sydney, en 2000, Audley Harrison, oía una canción clásica japonesa antes de una lucha para relajarse.
Como funciona
Cuando los ejercicios empiezan, el ritmo de la canción puede ser sincronizado con las tasas de trabajo muscular para ayudar a regular el movimiento y prolongar la performance. En esta fase, la canción también puede ayudar a desviar la mente de las sensaciones de cansancio. Karageorghis afirmó que “no es secreto que la música ayuda en la performance deportiva”.
El investigador dijo que los atletas entrenados por él vieron una mejora de 18% en sus performances con el apoyo de la canción precisa, por ello, cree que los gimnasios deberían ofrecer varios tipos de canción para los diferentes tipos de ejercicio. Por ejemplo, los que están corriendo en las esterillas podrían oír canciones rápidas, mientras los que están trabajando con musculación podrían beneficiarse con canciones de ritmo mediano y letras inspiradoras.
A contraposición de poner un único tipo de música, con un volumen alto para todas las áreas del gimnasio, sería mejor bajar el volumen, para los que están en bicicletas y esterillas puedan oír sus listas personales, mientras los que están levantando peso puedan oír otro ritmo, afirmó el investigador.