El verano y el organismo
Según la Medicina Tradicional China, el mundo es un conjunto armónico e integral en el que todos los seres vivos son vistos en relación con el medio ambiente circundante; desde la antigüedad, los chinos han tratado de explicar diferentes fenómenos complicados mediante la creación de yin yang o las cinco teorías de elementos. El hombre es parte de la entidad holística, y se inspira en la naturaleza, pues está influenciado directa e indirectamente por los cambios en el clima y necesita tener las respuestas fisiológicas y patológicas correspondientes de acuerdo a la estación.
Las plantas crecen rápido en verano, las personas actúan con energía, y el «qi» y la sangre del cuerpo se vuelven relativamente más vigorosa que en otras estaciones; la teoría asiática, específicamente de los chinos afirma que los cambios fisiológicos hacen que el corazón funcione en exceso, con demasiado «yang qi» que fluye hacia afuera a la parte exterior del cuerpo. De acuerdo con la teoría de los cinco elementos, un corazón que funciona así sobre-restringe el funcionamiento de los pulmones, por lo que es recomendable consumir más alimentos con sabores picantes y reducir los sabores amargos; esto mejora el sistema pulmonar y mantiene el mecanismo de sudoración normal, lo que vincula la realidad entre el verano y el organismo.
El sudor es el fluido del corazón y una sudoración excesiva dispersa el qi del corazón, además de debilitar los síntomas mentales, causando una reducción del espíritu, inquietud e irritación o aparición de sueño. Los alimentos con sabores ácidos y salados ayudan a aliviar estos síntomas; por otro lado, el verano es caluroso y lluvioso en algunas regiones, lo que perturba el equilibrio de líquidos y electrolitos del cuerpo, dando lugar al letargo, debilidad, fiebre, sed, falta de apetito y posiblemente problemas en los intestinos.
En este caso se recomiendan algunos alimentos para mantener el cuerpo fresco y equilibrado, como la calabaza amarga, la sandía, las fresas, los tomates, las judías, el pepino, la calabaza, la raíz y semillas de loto, los brotes de soja, y carnes blancas, incluyendo aves y pescados. En general, la dieta diaria debe contener más verduras y frutas con el fin de estimular el apetito y proveer al organismo de abundantes líquidos, tomando en cuenta que los alimentos calientes y cocidos garantizan el funcionamiento del sistema digestivo de manera más eficaz, mientra qu los alimentos grasos, crudos y congelados pueden dañar la digestión, conduciendo a una falta de apetito, diarreas, o malestar estomacal, lo que también pasa entre el verano y el organismo.
Es una tradición china en verano hacer sopas para aliviar el calor del verano, lo que elimina la humedad y favoreciendo la digestión; no obstante los científicos deportivos han diseñado una serie de suplementos específicos para cada uno de los problemas, lo que puede ser una solución simple para todos.
- La vitamina C con acerola, además de añadir antioxidantes al organismo, gracias a la acerola por sus propiedades astrigentes puede reducir la sudoración excesiva; por otro lado la acerola mantiene los huesos y tejidos conectivos sanos, eleva el sistema inmunológico, reduce la fatiga y calma el estrés, con una amplia gama de compuestos minerales y fitonutrientes.
- La salvia regula a las glándulas sudoríparas gracias a sus vitaminas del complejo B, mientras evita la retención de líquidos.
- Existen fórmulas específicas para reducir el agua, evitar la retención de líquidos y desintoxicar el cuerpo.