El sodio y los ejercicios
Cuando se realizan ejercicios se debe requiere de reposición de sodio y líquidos para asegurar una buena rehidratación
Los minerales son micronutrientes indispensables para el organismo, pues actúan en la regulación del metabolismo corporal, incluyendo el proceso clave en el aprovechamiento de energía y el rendimiento físico. En este contexto, algunos minerales son estudiados más detalladamente y correlacionados a la performance en el ejercicio, siendo uno de los más citados el sodio.
Primeramente, debemos aclarar un punto: la sal y el sodio, aunque normalmente sean usados como sinónimos, en realidad no lo son. El sodio es un mineral que se encuentra en los alimentos así como el calcio, hierro, etc. Sin embargo, a pesar de ser constituyente de la mayoría de nuestros alimentos, la mayor fuente dietética de sodio es la sal de cocina. Es común oír el hecho de que el exceso de sal en la alimentación es perjudicial para quien tiene problemas de presión, hinchazón o de riñones. Por otro lado, existe la evidencia de que el sudor provocado por la práctica de actividades físicas también elimina mucho sodio y que las personas que practican actividades deben reponer adecuadamente los minerales, sobre todo el sodio y el cloruro, perdidos a través del sudor.
La duda: ¿ aumentar o disminuir el consumo de sal ?
Una medida cautelosa y necesaria es la evaluación del consumo de sodio en dieta patrón y averiguar si hay necesidad de modificación en la ingestión o no. Normalmente, para los momentos donde no hay práctica de actividad física, no hay necesidad aumentar el consumo de sodio, inclusive pudiéndose reducir el consumo del mismo. Y para los momentos durante y tras la práctica de actividades físicas, su consumo debe hacerse presente.
Para algunas personas la simple reposición de agua puede no ser suficiente porque el sudor excesivo lleva no sólo a la deficiencia de agua, sino también de sodio. Para ello, la reposición de sodio y líquidos será el diferencial para asegurar una buena rehidratación. En lo que se refiere a la rehidratación, debemos llevar en consideración la cantidad de líquidos perdidos durante la actividad física. Si esa reposición no ocurre, se instala una deficiencia progresiva y significativa de sodio y agua. Esto provoca una hiper-irritabilidad de algunas terminaciones nerviosas que pueden proporcionar las contracciones espontáneas de los músculos conocidas como calambres musculares. Sin embargo, es importante resaltar que la deficiencia de sodio no es la única responsable por los calambres. El condicionamiento físico inadecuado, la fatiga y la deficiencia de otros minerales como el calcio, magnesio y potasio también pueden ocasionar calambres y problemas neuromotores.