El curri evita los problemas en el hígado
La curcuma reduce los bloqueos de los ductos biliares y limita los daños y heridas de las células del hígado
Una vez más el curri probó sus efectos benéficos. Un estudio reveló que la curcuma, presente en el curri, puede retrasar los daños del hígado que conducen a la cirrosis. La curcuma (o curcumina) es un compuesto que da el color amarillo al curri, de la cual ya habían sido probadas las propiedades anti-inflamatorias y antioxidantes, previniendo y revirtiendo la hipertrofia cardiaca.
Este nuevo estudio hecho en la Universidad Médica Graz, en Austria, intentó verificar ahora los los daños causados por la cirrosis, una enfermedad inflamatoria progresiva del hígado, y las condiciones de la enfermedad. La cirrosis biliar primaria puede tener origen en los defectos genéticos, o en una enfermedad auto-indemne. Estas condiciones causan inflamación, cicatrización y obstrucción de los pequeños ductos biliares dentro del hígado; provocando graves daños en los tejidos que conducen la cirrosis irreversible y hasta fatal.
El equipo del servicio de gastrenterología y hepatología, que realizó este estudio, afirma que a pesar del estudio todavía esta en sus inicios, se puede concluir que la curcuma parece atacar «diferentes partes del proceso inflamatorio» y podrá ofrecer un «tratamiento prometedor en el futuro». Así, refieren que una alimentación que incluya con curcuma reduce, de forma significativa, los bloqueos de los ductos biliares y limita los daños y heridas de las células del hígado, al interferir en las señales químicas envueltas en la inflamación.