El eje del intestino-cerebro con apoyo del Triphala contiene el secreto de la longevidad
Investigadores de la Universidad McGill en Canadá desarrollaron un estudio con insectos que consumían una combinación de un ingrediente herbario probiótico y otro ayurvédico como la Triphala, demostrándose que vivieron 26 días más en contraste con las demás. Los resultados de este curioso estudio fueron publicados este mes en la revista Scientific Reports, añadiéndose que en términos de sus vías bioquímicas, el 70% de estos insectos son notablemente similar a los mamíferos., por lo que es un buen indicador de lo que sucedería en los humanos.
El envejecimiento y el desarrollo de enfermedades crónicas son procesos multifactoriales que involucran los efectos acumulativos de la angustia metabólica, la inflamación, el estrés oxidativo y la dinámica mitocondrial. Recientemente, las variaciones en la microbiota intestinal se han asociado con fenotipos relacionados con la edad y los probióticos se han mostrado prometedores en el manejo de la progresión de la enfermedad crónica.
En este estudio, se demostró que las nuevas formulaciones probióticas y simbióticas con Triphala prolongan combinatoriamente la longevidad en moscas “Drosophila melanogaster” macho a través de mecanismos de comunicación del eje del intestino-cerebro, con implicaciones en el manejo de enfermedades crónicas.
Los efectos en humanos probablemente no sean tan dramáticos, pero estos resultados definitivamente sugieren que una dieta que incorpore específicamente Triphala (hierba ayurvédica) junto con estos probióticos promoverá una vida larga y saludable. Esta conclusión se basa en los diversos marcadores metabólicos fisiológicos relacionados con el envejecimiento, como el aumento de la resistencia a la insulina, la inflamación y el estrés oxidativo, que resultaron ser menores en las moscas alimentadas con el combo probiótico y herbal.
Algunos de los datos publicados en este estudio se presentaron en una patente provisional de los E.E.U.U., sin embargo, la financiación para el estudio provino del Consejo de Ciencias Naturales e Ingeniería y del Instituto Canadiense de Investigación en Salud y no de una compañía privada.
Los probióticos y prebióticos herbales ayurvédicos
Los investigadores utilizaron tres cepas probióticas; la Lactobacillus plantarum NCIMB 8826 (Lp8826), la Lactobacillus fermentum NCIMB 5221 (Lf5221) y la Bifidobacteria longum spp. infantis NCIMB 702255 (Bi702255), todos obtenidos de la Colección Nacional de Alimentos Industriales y Bacterias Marinas en Escocia. La mezcla ayurvédica de hierbas Triphala se usó como prebiótico (forraje para los probióticos) debido a su rico contenido de polifenoles, mientras la mezcla provino de la Farmacia Ayurvédica de la Universidad Banaras Hindú en Varanasi, India.
Los científicos apuntaron que la idea de combinar Triphala y probióticos provino del interés en estudiar productos naturales derivados de la medicina tradicional india y su impacto en las enfermedades neurodegenerativas. Al comienzo de este estudio, tenían la esperanza de que la combinación de Triphala con probióticos sería al menos un poco mejor que sus componentes individuales en términos de beneficio fisiológico, pero no imaginaron qué tan exitosa sería esta formulación en términos de longevidad.
Aprovechando el eje cerebral del intestino
Según los investigadores, los resultados arrojaron más luz sobre los mecanismos de comunicación del eje cerebral con las implicaciones en el manejo de enfermedades crónicas. Los probióticos cambian drásticamente la arquitectura de la microbiota intestinal, no solo en su composición, sino también en relación con la forma en que los alimentos que comemos se metabolizan y esto permite que una sola formulación probiótica actúe simultáneamente sobre varias vías de señalización bioquímica para provocar efectos fisiológicos amplios y beneficiosos, y explica por qué la formulación única con Triphala que presentaron en este estudio tiene un efecto tan dramático en tantos marcadores diferentes.
Tanto las formulaciones probióticas como simbióticas tuvieron efectos en los marcadores del estrés metabólico mediante el manejo de la resistencia a la insulina y las vías reguladoras de la energía, trabajando contra la inflamación, el estrés oxidativo y la pérdida de integridad del complejo mitocondrial. En casi todas las vías medidas, la formulación simbiótica tuvo un impacto más sólido que sus componentes individuales que insinúan su efecto combinatorio.
La acción concomitante de la microbiota intestinal en cada uno de los principales factores de riesgo del envejecimiento la convierte en una poderosa herramienta terapéutica contra la neurodegeneración, la diabetes, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas relacionadas con la edad.
Fuente
- Scientific Reports: Longevity extension in Drosophila through gut-brain communication