Desintoxicación y Dieta
Los tóxicos son amenazas constantes para nuestra salud, por ello el organismo cuenta con un sistema muy eficaz y equilibrado para eliminarlos
La dieta y la desintoxicación interactúan juntas; por un lado la dieta es fuente de muchas toxinas naturales y ambientales y a la vez suministra fitoquímicos, fibras, aminoácidos y nutrientes que facilitan las 2 fases que desintoxican las hormonas, toxinas y las sustancias producidas por el organismo durante su metabolismo. Los alimentos son también los que interactúan con los genes que regulan las fases 1 y 2 de este eficiente sistema.
Las mayores fuentes de toxinas de la dieta son los xenobióticos, es decir, residuos químicos de pesticidas, solventes, herbicidas, aditivos alimenticios, metales pesados, y las grasas trans. El sistema de desintoxicación además de librarnos de los hongos, bacterias, drogas y hormonas producidas en exceso por el organismo, tiene también que dispersar estas sustancias potencialmente tóxicas que se acumulan en el tejido adiposo. El sistema de desintoxicación trabaja en piel, pulmones, riñones, intestinos y sobre todo en el hígado. La capacidad funcional para metabolizar y excretar esos compuestos varía de persona para persona y es eso lo que determina la cantidad de toxinas que serán acumuladas.
El proceso de desintoxicación
En la fase 1 de la desintoxicación esos compuestos llamados lipofílicos que adoran las grasas (capaces de disolver lípidos o grasas) son biotransformados por un grupo de enzimas de la familia del Citocromo P450 en especies intermediarias altamente reactivas y en sustancias potencialmente cancerígenas. Estos compuestos intermediarios quedan preparados para que reaccionen con las enzimas de la fase 2; las conjugasas, que los vuelven solubles en agua y los ponen listos para una rápida excreción por los riñones.
Si no tuviéremos un sistema de desintoxicación funcionando con las 2 fases de manera equilibrada, los compuestos reactivos formados pueden oxidar proteínas, lípídos de la membrana celular y hasta los ácidos nucleicos del ADN.
- Durante un ayuno prolongado las enzimas de la fase 1 aumentan sustancialmente y muchos compuestos intermediarios son formados, resultando en un estrés tóxico porque no hay enzimas de la fase 2 suficientes para neutralizarlos ya que estas dependen exclusivamente de los componentes dieta.
- La puesta en marcha equilibrada de esas 2 fases es la que permite que los compuestos intermediarios sean conjugados o desintoxificados; excretados completamente y que no se acumulen.
Una desintoxicación para ser eficiente necesita de nutrientes adecuados como los folatos de las hojas, la vitamina A de las frutas y vegetales, las proteínas, la vitamina B12, minerales, como el magnesio y particularmente el azufre de la cebolla, ajo y de los vegetales crucíferos como el brócoli, el col de Bruselas, repollos, rúcula, nabos y acelga. Esos elementos influencian en el genoma de las enzimas de la fase 1 y en las reacciones enzimáticas de la fase 2, entre ellas, la glucuronidación, la sulfatación y la acetilación.
En resumen, los xenobióticos son amenazas constantes para nuestra salud, por ello el organismo cuenta con un sistema de desintoxicación muy eficaz y equilibrado para eliminarlos. Cuando ese sistema falla, esos agentes tóxicos para las proteínas, ADN y lípidos pueden desencadenar una fatiga crónica, dolores musculares o enfermedades hepáticas, renales, endocrinas, imunológicas, neurológicas e inclusive llegar al cáncer a largo plazo.