Cómo arreglar nuestros malos hábitos con los refrigerios
¿Eres un snacker de cereales?…. un snacker serial. A pesar de todo, muchos de nosotros enfrentamos la dura realidad de que las cosas que comemos por conveniencia no siempre son las mejores opciones entre comidas. Cogemos bolsas de patatas fritas, galletas, o golosinas, entre otros alimentos procesados en un esfuerzo por calmar nuestro apetito durante el día o tarde en la noche.
El ajetreo es real porque vivimos en un mundo en el que estamos constantemente en movimiento… vamos al trabajo, nos vamos a casa, vamos al gimnasio, vamos a la tienda de comestibles, vamos a las reuniones, vamos … a todos lados. A menos que preparemos nuestra comida (lo cual deberíamos hacer), nos encontraremos sin alimentos durante el día y cuando eso sucede, tendemos a buscar la opción más rápida y más barata, que también resulta ser una opción nutricional pobre entre los refrigerios que están disponibles
Preparando los refrigerios correctos
Casi en todos lados donde vayamos en estos días, podemos encontrar una mejor alternativa para los refrigerios que están llenos de carbohidratos. Lo más fácil para nosotros es tener siempre estos refrigerios a mano, debiendo ser opciones saludables que nos hagan ahorrar dinero y evitar aumentar nuestro peso corporal.
En cualquier lugar, podemos encontrar alimentos como verduras y hummus, huevos duros, yogurt, requesón con frutas o nueces, barras de proteína, batidos de proteína, recipientes de frutas y mantequilla de cacauhete, ensaladas prefabricadas con pollo a la parrilla y muchas otras opciones saludables; ahora, si deseamos preparar nuestro propio refrigerio, podemos dividirlo en porciones para llegar al éxito en la dieta.
No es difícil consumir cientos o incluso más de mil calorías si no estamos prestando atención a cuanto estamos comiendo. Por esa razón, deberíamos empacar los refrigerios en casa en porciones correctas para que no tengamos que adivinar más tarde en el día cuando comencemos a comer nuestros refrigerios, que deben ser ricos en proteínas, grasas saludables, fibra, además de vitaminas y minerales.
Entre los postres proteicos, podemos aprovechar cientos de decenas de opciones proteicas para tu plan de entreno como los pudines, muffins, quesos untables, postres preparados con chocolate, rosquillas o galletas, entre varios tipos de productos, los cuales son increíbles en sabor y valor nutricional para combinarlos con un yogurt a la tarde o con algún batido, que será un elixir en tu paladar y un gran impulso para tu energía.
Hay días donde los dulces no nos apetecen, por tanto podemos disfrutar de exquisitos sándwiches preparados con cremas de frutos secos o salsas combinados con atún, salmón, carne de res, de pollo o de pavo depende de lo que nos guste más, pero las alternativas son variadas. Un plato de arroz integral o ensaladas en vinagreta o rociadas con aceite de oliva y algún toque de sabor picante será excepcional para cualquiera de nosotros, que entrenamos duro y deseamos evitar las comidas chatarras.
Diseñando un plan de respaldo en su lugar
Todos tenemos «momentos mayores» incluso a una edad temprana, porque tenemos prisa si tenemos un comienzo tardío del día y vamos a llegar tarde al trabajo, así que salimos rápidamente con todas nuestras pertenencias, sin empacar ni coger los refrigerios. Bueno, no nos preocupemos, pues no todo está perdido si ya tenemos un plan de respaldo puesto en marcha.
Lo recomendable es mantener algunas barras de proteína o un recipiente de nueces en el lugar de trabajo, lejos de las miradas indiscretas en un cajón de un escritorio. No hacerlo, es una buena manera de que nuestros refrigerios desaparezcan y esto evitará que vayas siempre a la máquina expendedora, sobre todo entre comidas; ahora, la idea aquí es que no usemos nuestro «respaldo» como fuente principal.