Algunos mitos sobre la alimentación
Alimentarse correctamente es una de las bases para mantener la salud y por supuesto llegar a buen puerto cuando se entrena
Esto ocurre así, una persona que busca llevar una vida más sana contrata a un nutricionista para ayudarle a mejorar su dieta; se analiza lo que ha estado comiendo, el factor en las preferencias de su comida, y se crea un plan de alimentación que se adapte a su estilo de vida y a las metas. Poco después, es notablemente más delgado y con más energía, una persona feliz; ahí es cuando empiezan los problemas, después un compañero de trabajo le pide los detalles de su dieta, la persona se encuentra de repente en un calentado interrogatorio; “¿No sabe tu nutricionista que la carne roja causa cáncer, y que las batatas causan la diabetes? ¿No debería decirte que comas menos sal, para prevenir la presión arterial alta?”
El resultado final; los mitos que hacen el trabajo de un nutricionista mucho más difícil y esto se debe a la desinformación en materia de nutrición que lleva a los hombres a estar confundidos y frustrados en su búsqueda por comer sano, incluso si ya están logrando grandes resultados. Afortunadamente, aquí está la iluminación de la ciencia en materia alimenticia. He aquí cinco falacias alimenticias que se pueden olvidar para siempre.
Mito 1: La ingesta elevada de proteínas es perjudicial para los riñones
En 1983, investigadores descubrieron que comer más proteína aumenta la «tasa de filtración glomerular» que es como la cantidad de sangre que los riñones filtran por minuto.
- A partir de este descubrimiento, muchos científicos se equivocaron al decir que la tasa de filtración glomerular coloca a los riñones bajo mayor presión.
- Lo que la ciencia realmente muestra: Hace casi dos décadas, investigadores holandeses descubrieron que una comida rica en proteínas que impulsa la tasa de filtración glomerular, no tiene un efecto adverso sobre la función renal global, de hecho, no existen investigaciones publicadas que muestren que consumir cantidades considerables de proteínas; en concreto, hasta 1.5 o 2.0 gramos por kg de peso corporal al día sobre todo al entrenar fuerte, dañe riñones sanos.
- El resultado final: Como regla general, comer la cantidad de gramos de proteínas diarias igual al peso deseado. Por ejemplo, si se pesa 90 kgs y se quiere bajar a 80, entonces se consume 80 a 90 gramos de proteínas al día; del mismo modo, si se es una persona delgada de 68 kgs, pero se quiere ser un musculoso de 80, debería consumir de 80 a 90 gramos para construir sus músculos.
Mito 2: Las batatas son mejores que las papas blancas
Debido a que la mayoría de los americanos consumen la versión altamente procesada de la papa blanca, por ejemplo, papas fritas; el consumo de este tubérculo se ha relacionado con el sobrepeso y un mayor riesgo de diabetes, mientras tanto, la batata, que suele ser consumida entera, ha sido conocida por ser rica en nutrientes y también tener un índice glucémico más bajo que sus hermanas blancas.
- Lo que la ciencia realmente muestra: Las papas blancas y las batatas tienen diferencias nutricionales complementarias, una no es necesariamente mejor que la otra; por ejemplo, las batatas tienen más fibra y vitamina A, pero las papas blancas son más altas en minerales esenciales, como hierro, magnesio y potasio, en cuanto al índice glucémico, las batatas son más bajas en la escala, pero al horno las papas blancas normalmente no se comen sin queso, crema o mantequilla; estos ingredientes contienen grasa, lo que disminuye el índice glicémico de una comida.
- El resultado final: La forma en que se consume una papa; por ejemplo una papa entera al horno frente a una papa procesada que se utiliza para fabricar papas fritas es más importante que el tipo en sí.
Mito 3: La carne roja causa cáncer
En un estudio realizado en 1986, investigadores japoneses descubrieron el desarrollo de cáncer en ratas que fueron alimentadas con «aminas heterocíclicas,» compuestos que se generan a partir de la sobre-cocción de la carne a fuego alto; y desde entonces, algunos estudios en grandes poblaciones han sugerido un posible vínculo entre la carne y el cáncer.
- Lo que la ciencia realmente muestra: Ningún estudio ha encontrado una relación directa de causa-efecto entre el consumo de carne roja y el cáncer; en cuanto a los estudios hechos sobre grandes poblaciones, están lejos de ser concluyentes y esto porque se basan en encuestas a gran escala de los hábitos alimenticios de la gente y las aflicciones de salud, y esos números simplemente encuentran tendencias, no causas.
- El resultado final: No dejar la parrilla; los amantes de la carne que están preocupados por los supuestos riesgos de la carne a la parrilla no necesitan evitar las hamburguesas y la carne asada, sino que sólo deben recortar las secciones quemadas o demasiado cocidas de la carne antes de comer; se recomienda también seleccionar las carnes magras.
Mito 4: El jarabe de maíz alto en fructosa engorda más que el azúcar regular
En un estudio en 1968, un grupo de roedores que fueron alimentados con grandes cantidades de fructosa desarrollando altos niveles de grasa en la sangre; luego, en el 2002, investigadores de la Universidad de California en Davis, publicaron un artículo muy publicitado señalando que el consumo de los americanos cada vez mayor de fructosa, incluida la de jarabe de maíz, es paralelo a las tasas exorbitantes de sobrepeso.
- Lo que la ciencia realmente muestra: Tanto el jarabe de maíz y la sacarosa – más conocida como azúcar de mesa – contienen cantidades similares de fructosa; por ejemplo, los dos tipos más comúnmente utilizados de jarabe de maíz son el HFCS-42 y HFCS-55, que tienen 42% y 55% de fructosa, respectivamente. La sacarosa químicamente es casi idéntica, ya que contiene 50% de fructosa; esta es la razón por la que los científicos de la Universidad de California en Davis determinaron la ingesta de fructosa de ambos medios, el jarabe de maíz y la sacarosa, la verdad es que no hay pruebas que demuestran diferencias en estos dos tipos de azúcar y se determina la premisa de que ambos causan aumento de peso cuando se consumen en exceso.
- El resultado final: El jarabe de maíz y el azúcar regular son hidratos de carbono vacíos en calorías que deben ser ingeridos en cantidades limitadas. ¿Cómo? manteniendo los refrescos, los zumos de frutas azucarados, y postres envasados al mínimo.
Mito 5: La sal causa presión arterial alta y debe evitarse
En la década de 1940, un investigador de la Universidad de Duke llamado Walter Kempner, M.D., se hizo famoso por utilizar la restricción de sal para el tratamiento de las personas con presión arterial alta; más tarde, los estudios confirmaron que la reducción de la sal puede ayudar a reducir la hipertensión.
- Lo que la ciencia realmente muestra: Reseñas científicas de gran escala han determinado que no hay razón por la cual las personas con presión arterial normal deban restringir su ingesta de sodio; ahora, si ya se tiene presión arterial alta, se puede ser «sensible a la sal», como resultado, una reducción de la cantidad de sal que se consume podría ayudar; sin embargo, se ha visto en los últimos 20 años que las personas con presión arterial alta que no desean reducir su consumo de sal pueden simplemente consumir más alimentos que contengan potasio, y esto se concibe con el hecho de que debido a que es realmente el equilibrio de los dos minerales lo que importa; de hecho, investigadores holandeses determinaron que una ingesta baja de potasio tiene el mismo impacto en la presión arterial que el consumo elevado de sal, y resulta que, el hombre promedio consume 3.100 miligramos (mg) de potasio al día – 1, 600 mg menos de lo recomendado.
- El resultado final: Luchar por una dieta rica en potasio que se puede lograr al consumir una amplia variedad de frutas, verduras y legumbres; Por ejemplo, espinacas, brócoli, plátanos, papas blancas, y la mayoría de los tipos de granos que contienen cada uno más de 400 mg de potasio por porción.