El mito de los alimentos con colesterol
Un estudio controversial sobre su oxidación y la acumulación de la placa arterosclerótica
El mito es algo parecido a esto, las arterias son como un tubo y el colesterol es algo semejante a una goma pegajosa, entonces cuando se ingiere colesterol que acaba en la sangre, si su nivel es muy alto comienza a pegarse a los tubos; por ello se recomienda en general no ingerir alimentos ricos en colesterol y aunque es la lógica básica entoces también deberíamos restringir comer alimentos ricos en nutrientes como el hígado y la yema de huevo.
Sin embargo, la verdad es que que no existe una asociación directa entre la cantidad de colesterol que se come y la concentración de colesterol en la sangre; en la mayoría de las personas la ingesta tiene poco o ningún efecto en sus niveles sanguíneos porque esto pasa solo en 30% de la población y además cuando hablamos de aumento de concentración de colesterol estamos hablando del colesterol HDL o «benéfico», entonces en términos científicos se cita que la ingesta de colesterol resulta en un perfil de lipoproteínas menos arterogénico.
Estudios de intervención alimenticia con huevos
En una revisión reciente, la investigadora del colesterol Maria Luz Fernández de la “University of Connecticut’s Department of Nutritional Sciences” resumió los resultados de una serie de estudios que probaron los efectos del consumo de huevos en los niveles de colesterol en la sangre.
- En niños con edad entre 10-12 años, en hombres entre 20-50 años, en mujeres en la menopausa y en la post-menopausa persiste la misma conclusión básica que dos o tres huevos por día tiene poco o ningún efecto sobre los niveles de colesterol en la sangre de más de 70% de la población.
- Por contraste, menos de un tercio de la población son denominados “hipersensibles», o sea suben sus niveles de colesterol HDL y LDL cuando se consumen yemas de huevos por lo que tampoco existe un peligro en una proporción desmedida de colesterol LDL.
La partícula LDL y sus particularidades
Más allá de esto, el número real de partículas de LDL no cambia en nada, sólo pasan a ser mayores; cuando el médico mide el nivel de colesterol en la sangre, el informe de los laboratorios refiere el peso; en América éste es generalmente medido en miligramos por decilitro.
- Cuando el “nivel de colesterol” es alto, esto significa que en una determinada medida de volumen de sangre (como un decilitro o un décimo de litro) el número total de partículas de lipoproteínas transportistas de colesterol pesan más y esto podría significar que se tiene más partículas o puede significar que las partículas pesan más porque ellas están cargando más colesterol.
- De acuerdo con la investigación que la Dra. Fernandez cita en su revisión, son las partículas pequeñas y densas de LDL las que aumentan el riesgo de arterosclerosis, mientras las partículas grandes flotantes LDL son seguras y esto significa que las partículas pequeñas y densas de LDL son mucho más vulnerables a la oxidación.
- Las personas cuyo LDL es principalmente pequeño y denso tienen un riesgo tres veces más elevado de sufrir enfermedades cardiacas en comparación a las personas cuyo LDL es principalmente grande y flotante.
En los estudios en que fueron utilizados huevos, el consumo de huevos hace con que las partículas de LDL del “hipersensibles” sean mayores y no más numerosas; y cuando ellas se ponen mayores, se hacen menos propensas a la oxidación y acumulación de la placa arterosclerótica.
Cuando el colesterol total sube completamente por el consumo de alimentos ricos en colesterol la relación de LDL y HDL como el número total de partículas de LDL permanece igual; las partículas de LDL por lo general simplemente se hacen mayores y más seguras.
Ahora si las arterias fueran como tubos y colesterol fuera como goma, la presencia de más goma iría simplemente taponar los tubos, pero las arterias no son como tubos y el colesterol no es como la goma.