Los músculos no son parte de la genética
El principio de adaptabilidad permite al organismo ser más saludable y bello
Muchas veces oímos la frase de que los músculos no son de uno, pero el significado se centra en saber en ese momento que la sentencia quiere decir que la musculatura obtenida por el duro entrenamiento incluido el plan dietario y las fases de recuperación no forman parte de nuestra genética; hablamos de los músculos de verdad y no solo de los depósitos de grasa que infelizmente vemos en algunos sitios incluyendo los gimnasios o las competencias.
Cuando nacemos, las informaciones genéticas contenidas en el núcleo de cada célula de nuestro cuerpo nos dan las características que presentaremos a lo largo de nuestra vida; evidentemente durante nuestras vidas, hay una enorme influencia de estímulos oriundos del medio en que vivimos y este es un mecanismo que es conocido como principio de adaptabilidad porque a las características que heredamos a través de la herencia determinadas en nuestros genes (genotipos innatos como el color de piel, ojos, cabellos o forma de ser) presentamos también características que adquirimos en toda la vida influenciadas por el medio.
A esta notable capacidad la llamamos fenótipo; si por ejemplo se tiene la piel clara pero se expone con alguna frecuencia al sol, se empieza a broncear, pero en relación a los músculos lo que podemos certificar es que los que empezamos a entrenar duro conquistamos la musculatura sin importar el tiempo que se utiliza, porque no forma parte de nuestra estructura genética siendo una verdadera característica fenotípica.
- El estímulo que regularmente se proporciona a través de los ejercicios mantiene el tamaño y la fuerza de la musculatura
- Entonces los músculos son la respuesta al entrenamiento incluida la reparación muscular.
- Si se interrumpe este estímulo, el cuerpo gradualmente utilizará todo el exceso (porque el organismo no necesita de los músculos además del necesario) y este será convertido en energía.
Una de las cosas que nuestro organismo a través de nuestro metabolismo sabe hacer es mantener un estado de equilibrio energético; este estado es conocido como homeostasis que es obtenido a través de una cadencia de reacciones bioquímicas comandada eminentemente por el hígado y todas estas vías metabólicas contribuyen a inducir al organismo a un estado donde ocurre un máximo de equilibrio.
Los músculos en exceso, que es entonces una característica extra genética son una especie de “lujo” para el organismo y cuestan muy caro su simple mantenimiento y el mensaje escondido está que aunque la evolución moderna nos indica que hay ínfimas modificaciones relacionadas al medio, de ninguna manera se relaciona con los músculos adquiridos que forman una memoria muscular.
- La ventaja de esta capacidad es que por ser también un mecanismo de adaptabilidad, asegura que nos preparemos más rápidamente frente a estímulos a que ya fuimos expuestos.
- En otras palabras, mientras más tiempo fue aplicado el estímulo, más fácilmente se recobrará las aptitudes perdidas al ser nuevamente sometido a éste después de un periodo de inactividad.
- Eso se presenta como una notable estrategia de supervivencia, adquirida en función de millones de años en nuestra historia evolutiva; entonces nuestos músculos nunca se marchitan y es obvio que aunque se debiliten posiblemente por el envejecimiento, la decidia o algun otro imprevisto, la solución está en la motivación por volver a entrenarlos de modo a recuperar ese volumen y fortaleza ya memorizados.
El entrenamiento debe ser pensado, desde esta perspectiva, como una opción personal consciente y no como una dictadura; no es una actividad temporal, sin embargo hay periodos específicos para exhibir esa apariencia fenomenal que se hacen notar especialmente durante el verano; en realidad no debemos entrenar entonces para mantener los músculos, deberíamos hacerlo por el placer de mantenerlos o hacerlos crecer.
Además de ayudar a construir cuerpos fantásticos, la musculación transforma a la persona en un todo convirtiendo a la persona en un ser nuevo tanto en su vida social, familiar, profesional o empresarial otorgando al cuerpo y a la mente de una salud indescriptible y soñada por la mayor parte de la población que no practica deportes.