La nutrición y el sobrepeso
Las patatas fritas y los refrescos son los más engordan
Un epidemiólogo llamado Mozaffarian Dariush de la Harvard Medical School escribió el New England Journal of Medicine que si una persona desea perder peso o mantener un peso saludable lo más probable es que llegue al éxito si evita las patatas fritas y los refrescos, contrastando con el yogurt, los frutos secos, el té verde y las frutas que incrementan las posibilidades de obetener un mejor físico.
Moazaffarian reunió datos de tres estudios en los que más de 120.000 hombres y mujeres americanos participaron; en estas investigaciones muy reconocidas en el mundo de la medicina, las personas que trabajaban en el sector de la salud fueron monitoreadas durante muchos años.
Mozaffarian fue capaz de calcular la cantidad de peso que el participante promedio había ganado en un período de 4 años, y los hábitos de alimentación y estilo de vida fue asociado con las modificaciones de peso corporal; en las conclusiones se puede observar que los participantes que incluían en sus dietas porciones de patatas fritas en forma frecuente ( 0,76 kg diarias ) aumentaron 0,58 kg anualmente, además los refrescos que siempre fueron incluidos en sus dietas les hicieron ganar 0,45 kg.
En contraste los participantes del estudio que consumían grandes cantidades de yogurt, frutas, té verde, frutos secos y verduras perdieron más peso con mayor facilidad asumiendo que el ejercicio era el factor de adelgazamiento pero no tan efectivo como las modificaciones en la dieta, llegándose a pensar que el exceso de comida es el factor más vinculado al sobrepeso y no necesariamente la práctica de ejercicios.
Este hallazgo sugiere que las estrategias individuales y basadas en la población para ayudar a las personas a consumir menos calorías puede ser más eficaz cuando se incluyen ciertos alimentos y bebidas que son objeto de la disminución del consumo o el aumento de peso.
El desacuerdo entre los nutricionistas surge cuando uno cita que el sobrepeso está vinculado al patrón alimenticio y no a los alimentos individuales, por lo que no habría nada de malo con los refrescos siempre y cuando no se abuse del mismo y se realice los ejercicios frecuentemente; bueno esto está argumentado por los científicos de las azucareras o las compañías multinacionales que venden refrescos, pero los profesionales independientes que no son financiados por la industria de los alimentos o las bebidas llega a una conclusión diferente a menudo porque argumentan que hay alimentos dañinos que son procesados industrialmente y contienen grandes cantidades de carbohidratos de fácil absorción y grasas malas que tientan a la gente a comer en exceso.