Las estaciones del año y el cerebro
El simple hecho de que la luz del sol tenga diferentes duraciones traen consecuencias sobre el funcionamiento del hipotálamo
Toda la gente puede observar como el comportamiento de los seres vivos varía con las estaciones del año, desde la floración al caer de los frutos y de las propias hojas de algunas plantas, a las migraciones de las aves o el comportamiento de los animales, pudiendo también notarse en ellos una variable en la acumulación y consumo de reservas energéticas durante el día y la noche, y este efecto es mucho más pronunciado en las hembras.
El ser humano también siente el cambio de las estaciones; y si las consecuentes alteraciones de su comportamiento son más aparatosas cuando trabaja en una relación íntima con la naturaleza, ellas existen siempre, aunque a veces son sutiles; un aspecto menos agradable de esto, es la ocurrencia de patologías, como la depresión, o el agravamiento de algunas enfermedades crónicas en determinadas estaciones
Un estudio experimental hecho con ratones, publicado en la revista Science revela un hallazgo muy interesante;
- Un determinado grupo de células nerviosas del hipotálamo, una región del sistema nervioso central, desencadena en los neurotransmisores dopamina y somatostatina una liberación de moléculas que inciden en otras células.
- Conforme el periodo luminoso o nocturno (verano o invierno), estas actividades varían sustancialmente.
Ese predominio de dopamina o somatostatina produce una serie de consecuencias en el comportamiento, algunas de ellas en la dependencia directa de la producción de CRF (factor libertador de corticotrofina, hormona que influencia la producción de ACTH u hormona corticotrófica y, consecuentemente, de corticosteroides).
O sea, el simple hecho de que el día y la noche sean de mayor o más corta duración tiene consecuencias sobre el funcionamiento del hipotálamo (órgano central de coordinación neuro-hormonal), específicamente sobre la producción de hormonas del estrés.
Si este mecanismo es general en los mamíferos, incluyendo el hombre, como es probable; podremos comprender mejor el estado de las personas, sus fragilidades y su comportamiento en la dependencia de las estaciones del año y/o de la latitud en que se encuentran.