Reparando los músculos con vejiga de cerdo sin células

Publicado el 4 mayo, 2014 | Health

Una matriz descelularizada es capaz de movilizar las propias células madre del paciente

Si bien, de momento se ha probado únicamente en cinco pacientes, el concepto de matriz extracelular es ya casi un viejo conocido en el campo de la medicina regenerativa, donde se utiliza un órgano donado, limpio de sus propias células, para que sirva de andamio a las células del paciente receptor, que repueblan esa matriz antes de ser implantado definitivamente; sin embargo, un nuevo estudio demuestra que tal vez la propia matriz pueda ejercer una función regenerativa, sin necesidad de una sola célula.

Los científicos de la Universidad de Pittsburgh (EEUU) lo han hech primero en animales y, posteriormente, en cinco pacientes -tres de ellos militares- con graves heridas musculares en brazos y piernas; sus resultados (financiados por el Departamento de Defensa de EEUU) se publicaron en la revista Science Traslational Medicine.

El Team dirigido por Stephen Badylak, trabajó con una matriz fabricada a partir de la vejiga de un cerdo (completamente descelularizada) para tratar de lograr suficiente proliferación celular para reparar las lesiones musculares; pero en lugar de repoblarla previamente con células de los cinco voluntarios, simplemente la colocaron en el sitio de la herida (brazos o piernas en todos los casos) y les sometieron a un intenso programa de ejercicio físico pasadas sólo 24-48 horas de recibir el implante.

Los científicos sugieren que esa terapia física podría haber despertado las señales necesarias para favorecer la conversión in situ de células madre en células musculares. Hasta el punto de que seis meses después de recibir el implante, y mediante pruebas de imagen como resonancia magnética o tomografía computerizada, se observó una densa formación de músculo en el lugar de la lesión.

Aunque los cinco candidatos mostraron una mejora en la calidad de vida (alguno de ellos caminaba incluso con dificultad con una muleta antes del ensayo), y en su capacidad para realizar tareas sencillas del día a día, sólo en tres de los cinco pacientes se pudo medir objetivamente una mejoría funcional de aproximadamente el 25%. Tres de los voluntarios eran militares -dos habían sufrido las lesiones musculares a consecuencia de una explosión en Irak y Afganistán y el tercero por una lesión deportiva-; en el caso de los otros dos, eran civiles que se habían lesionado en un accidente de esquí.

Lo interesante es que la aproximación no requiera la manipulación ni extracción de células madre simplifica mucho los trámites regulatorios de cara a una futura autorización de esta posible terapia, pero también sus costes económicos. Y aunque se admite que se trata aún de número reducido de pacientes, se espera que la robustez de los «datos científicos» que lo avalan con los trabajos en animales –que han permitido identificar bien qué tipo de células son las que migran hasta el lugar de la lesión– permita pronto trasladarlo a nuevos ensayos.

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