Rompiendo los Mitos sobre el Estrés
Las situaciones emocionales o físicas pueden ser reguladas metabólicamente
Un estrés puede ser definido como un evento fisiológico temporalmente inducido o un desequilibrio psicológico que es causado por cualquier acción o situación (factor estresante); la palabra clave en esta definición es «cuanto», porque en la mayoría de los casos, no es el factor de estrés real, el que crea la respuesta al estrés, pero sí, la reacción de la persona al factor estresante particular (o posible estresor), entonces dependiendo de la personalidad, la persona va a responder de varias maneras a la misma acción estresante basada en su forma individual de reaccionar, y cuando la percepción de muchas situaciones se toman como estresantes, se inicia la sobrecarga con estrés.
La sobrecarga de estrés puede ser causada por varios predicamentos que se cree son estresantes, tales factores de estrés incluyen los eventos críticos de la vida, la tensión laboral crónica, la acumulación de problemas en el hogar, las presiones ambientales como la contaminación, o la ansiedad que se dan junto a episodios de angustia emocional o depresión. En general estos síntomas tienen a ser más frecuentes en personas que llevan estilos de vida inactivos, y tiene sentido porque las personas sedentarias no tienen una salida a sus tensiones y turbulencias.
Cuando uno no tiene una manera de liberar la tensión, la ansiedad, o cualquier otra manifestación de la tensión, a excepción de sólo tener crisis nerviosas, esto puede conducir a muchos problemas de salud (por ejemplo: enfermedades del corazón, cáncer, gripe y resfriados), y el deterioro general de salud; en otras palabras, el estrés puede envejecer prematuramente, y puede matar literalmente, pero a la inversa, una completa falta de estrés puede también ser peligroso.
El cuerpo y la mente requieren un cierto grado de tensión para mantenerse en forma y saludable; un nivel adecuado de estrés es esencial porque estimula la creatividad y la productividad; que hace que la vida valga la pena vivir porque nos obliga a esforzarnos y lograr los objetivos, además pocas cosas son tan frustrantes como la inactividad completa, ya que no podemos simplemente vegetar, y tenemos que aprender a lidiar dando respuesta al estrés de una manera más adecuada.
Lucha o Huida
Durante una situación de estrés, nuestras glándulas suprarrenales segregan las hormonas epinefrina y norepinefrina (conocidas colectivamente como adrenalina); estas hormonas ayudan a preparar el cuerpo para la situación estresante al acelerar nuestro ritmo cardíaco para aumentar la cantidad de sangre que se bombea a través de nuestros cuerpos. Además, los vasos sanguíneos que van a los músculos se expanden, lo que permite un mayor flujo de sangre a las regiones que lo necesiten.
Esto es con el fin de luchar o huir de una situación (de ahí el término «lucha o huida»); los vasos que van al estómago y los intestinos se cierran, con el fin de detener el proceso de la digestión; otras funciones corporales inducida por adrenalina incluyen la estimulación del hígado a liberar glucosa (es decir, el azúcar en la sangre) disponer de energía rápida, sobre todo a los músculos que trabajan, así las células de grasa liberan también ácidos grasos libres como combustible, elevando al mismo tiempo el estado de conciencia que nos ayuda a pensar con mayor claridad y rapidez.
La respuesta de lucha o huida es de gran valor en situaciones verdaderamente estresantes, ya que le permite al ser humano hacer frente a una situación de estrés, ya sea luchando o huyendo; esta respuesta no es de buen uso en situaciones que se toman individualmente como estresante (como acelerarse para cumplir un plazo en el trabajo), ya que todas las funciones inducidas por la adrenalina están en acción, pero siempre se tiene que decidir entre huir o pelear.
Si se mantienen los factores estresantes durante períodos prolongados de tiempo, el cuerpo tiende a seguir las tres etapas siguientes:
- Al producir una reacción de alarma, donde tendríamos la respuesta de lucha o huida.
- Al resistirse, donde las funciones corporales volverían a la normalidad.
- Al agotamiento, donde los síntomas de lucha o huída podrían llevar a un accidente cardio o cerebro-vascular, o la muerte si no se trata con profesionales médicos
El control del estrés
Para que una persona pueda evitar el estrés, se puede emplear algunos principios, incluyendo el ejercicio regular; pero cuando uno se adapta al ejercicio, produce una adaptación mental. Los beneficios mentales y físicos parecen trabajar entonces mano a mano, pues se tienen a mostrar una mejor estabilidad emocional, siendo más resisnte a la depresión y ansiedad.
Una solución definitiva es realizar un plan de entrenos con pesas, que si se realiza de manera progresiva, enseña al cuerpo a resistir el estrés, y adaptarse a él parauq el cuerpo no pase a la fase de agotamiento; de hecho, existe una relación directa entre la condición física de una persona y su capacidad de adaptarse a las presiones empresariales, el estrés social y las sobrecargas emocionales, además protege su cuerpo y fortalece al mismo tiempo su sistema inmunológico, ante la aparición de posibles enfermedades.
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