Solucionado las cosas con Té Verde
El mal aliento de las proteínas se puede subsanar con algo tan simple como natural
Un estudio japonés, publicado en el Diario de Ciencia Nutricional y Vitaminalogía, en USA, muestra que los activos del té verde como el EGCG inhiben la producción de gases sulfurosos que producen los microorganismos en la boca; en este caso los polifenoles del té verde pueden ayudar a resolver un problema que muchos atletas tienen cuando siguen una dieta rica en proteínas y que están familiarizados con el mal aliento, lo que es penoso, desagradable, e insoportable.
Las proteínas completas contienen los aminoácidos metionina y cisteína; estos aminoácidos también se encuentran en el material de células muertas en la boca, y los microorganismos que viven en la cavidad bucal, como las bacterias Streptococcus son ejemplos bien conocidos, pues usan estos aminoácidos para producir gases sulfurosos, como el sulfuro de hidrógeno (H2S), o el metanotiol (CH3SH), que en sí, al exhalarlos en cantidades, producen el mal aliento.
El sulfuro de hidrógeno huele a huevos podridos, mientras que el metanotiol huele a un pantano con una gran cantidad de materia orgánica en descomposición; por tanto, si se consume una gran cantidad de proteínas animales, estos gases están probablemente, presentes en altas concentraciones en la respiración, lo cual es un punto importante en la vida de los que entrenan duro para ganar competiciones o conseguir cuerpos fuera de serie.
Lo interesante aquí es que las sustancias tales como el activo EGCG probablemente inhibe la formación de esos gases sulfurosos, porque es tóxico para los estreptococos, que también causan caries en los dientes, así el té verde también se convierte en un efecto catabólico en la factura del dentista, pues es lógico saber que el té verde promueva un aliento fresco y duradero.
Para poner a prueba la teoría, los investigadores hicieron un estudio sobre quince voluntarios de prueba, cuyo aliento apestaba a huevos podridos y pantanos fétidos, dividiendo en grupos que se cepillaron los dientes, otro grupo que mastique una goma de mascar sin azúcar, un tercero que consuma semillas de perejil, un cuarto grupo que se chupe unos caramelos de menta, y un quinto grupo que se lleve un par de cucharitas de polvo de té verde a la boca por dos minutos, consiguiendo así unos 700 mg de polifenoles, lo que equivaldría a 7 tazas de té verde.
Después de este experimento, se midió la concentración de gases sulfurosos en la respiración de los voluntarios, contrastándose que los que habían usado el polvo de té verde tuvieron una concentración considerablemente menor de gases sulfurosos en la respiración, sin embargo el efecto era pequeño con el sulfuro de hidrógeno (huevos podridos), pero era mayor y más duradero con el metanotiol (gas de los pantanos).
Afortunadamente, se concluyó que el té verde tiene ese efecto después de una hora en el gas del mal aliento, además como las proteínas que están en la boca neutralizan los polifenoles del té verde, el medio de conseguir este resultado es a través de la respiración, por otra parte los gases sulfurosos a pesar de ser un problema social o romántico, también pueden inhibir el crecimiento de tejido conectivo, lo que es irracional para los que entrenan intenso y buscan resultados a largo plazo.