Nuevas técnicas para el dolor
Existen tratamientos no quirúrgicos con plasmas de luz para la espalda y las hernias de disco
El «dolor de espalda», es uno de los síntomas con mayor prevalencia en la población, y más aún entre los deportistas; por lo general, es suficientemente intenso e incapacitante, limitando la calidad de vida y la capacidad de trabajo, con diversas causales, con un 50% o más relacionadas al dolor por algún problema discal (hernias de disco), especialmente en segmentos lumbares y cervicales de la columna vertebral.
No se entiende completamente, las causas que son la fuente de la enfermedad discal; la mayoría de las teorías atribuye esta situación a una combinación de los siguientes factores, el envejecimiento del disco, factores genéticos, la mala postura, sobrecarga por sobrepeso, el esfuerzo físico excesivo o después de un evento traumático, y en los casos convencionales, la solución ha sido una cirugía, que por sí, plantea problemas por la ubicación del dolor y un prolongado tiempo de recuperación con todas las posibles complicaciones postoperatorias que pueden surgir.
En realidad no somos conscientes de que hay varias técnicas de tratamiento de hernias de discos «no quirúrgicas», con una tasa de éxito en la mayoría de los casos significativamente más altas (80%), sin necesidad de rehabilitación con fisioterapia prolongada y que no implica la disección de los músculos, o extirpación quirúrgica del disco, y sin las complicaciones habituales de la manipulación quirúrgica.
La luz usando el plasma usando un equipo «plasmalight», denominado nucleoplastia es una técnica innovadora en Europa, con un tratamiento mínimamente invasivo para las hernias de los discos en las regiones cervical y lumbar; consiste en aplicar una fuente de calor a través de un plasma de fibra óptica, con una ubicación muy precisa de la hernia de disco, bajo el control de formación de imágenes de alta definición sin daño a las estructuras adyacentes y perivertebrales nerviosas.
El objetivo es reducir la presión intradiscal, forzando a la porción hernia del disco a volver a su posición inicial, con la consiguiente liberación de la tensión en los nervios y en consecuencia el dolor; también permite la regeneración del anillo fibroso que es un anillo que rodea el disco, reduciendo la probabilidad de recurrencia, que hasta ahora no era posible por otras técnicas mínimamente invasivas, incluyendo la cirugía convencional.
Los principales beneficios del tratamiento mínimamente invasivo de la hernia de disco es que está libre de procedimientos con complicaciones graves, con una longitud corta de estancia hospitalaria, así como de recuperación, acelerando el regreso del paciente a las actividades diarias de rutina. Además, son procedimientos mínimamente invasivos terapéuticos porque la anestesia general no es necesaria, ni implica disección de los músculos paravertebrales, no interfiere con las estructuras óseas, ni extracción del disco, sin cicatriz en la piel y con un alto índice de éxito esperado.
Puede ser utilizado en pacientes que padecen de dolores referidos a la columna (con o sin irradiación al brazo o una pierna), con mala respuesta al tratamiento médico, así como en pacientes sometidos a cirugía invasiva sin mejoría sintomática o recurrencia, o cuando sucede un empeoramiento clínico por error en la cirugía. Sin embargo, no se aconseja para los que tienen dolor vertebral o de médula.