¿Por qué el aceite de pescado no funcionaría?
Si consumes aceite de pescado en tu dieta deportiva, tienes un hábito que lo sigues día a día, ¿pero si lo cambias mediante una modificación en tu dieta?.
Al parecer, es necesario ingerir aceite de pescado con una comida rica en grasas para que haga toda su magia pro-cardiovascular y antiinflamatoria, sobre todo cuando quieres recuperarte… esto lo cita una evidencia científica, que más que curiosa, puede cambiar la forma en que te alimentas…
Un estudio realizado en Alemania no mostró “beneficios significativos” de los ácidos grasos omega-3 cuando se ingirieron con una comida de desayuno relativamente baja en grasas.
Aquí, los investigadores encontraron que la absorción de DHA y EPA, los ácidos grasos omega-3 predominantes en el aceite de pescado, fue tres veces mayor cuando los sujetos de prueba los ingirieron con una comida rica en grasas (44 gramos de grasa) en comparación con una comida baja en grasa (8 gramos de grasa)… otros estudios pudieron probar algo similar…
Por ejemplo, algo normal que ocurre es tomarte un batido o un snack bajo en grasas con aceite de pescado, ¿pero esto es racional?.
Aceite de pescado, ¿cómo tomarlos?
Si la cena es tu comida más rica del día, cuando generalmente comes la mayor parte de tus carnes (la más magra de las cuales todavía es bastante grasa) y la mayoría de los aceites (de oliva u otros aceites de cocina), es entonces el momento en que debes tomar tus cápsulas de aceite de pescado para obtener sus beneficios.
Si no es así, busca la comida en la que ingieres la mayor parte de carnes para esperar esa magia particular de este suplemento, que además de apoyarte a nivel corporal, lo hace a nivel mental, una combinación crucial cuando sigues un programa de entrenamiento serio.
El mecanismo de acción
Los dos ácidos grasos omega-3 ácido eicosapentaenoico (EPA, 20: 5n-3) y ácido docosahexaenoico (DHA, 22: 6n-3) cumplen importantes funciones estructurales y funcionales en las membranas celulares, por supuesto las musculares.
Pero, además, un índice de omega-3 reducido se asocia con una elevada relación de problemas cardiovasculares como mentales, entre otras afecciones o debilidades fisiológicamente hablando.
Si bien el estudio se vincula a la biodisponibilidad, hubieron actores secundarios que implicaban un análisis a profundidad de lo que se necesita saber sobre el consumo de aceite de pescado.
Los criterios de valoración secundarios fueron la seguridad, la tolerabilidad y la palatabilidad, incluidos los marcadore metabólicos y de lípidos en sangre (LDL o HDL), glucosa, enzimas hepáticas, entre otras.
Después de la ingesta diaria de aproximadamente 250 mg de EPA y DHA como ésteres etílicos con una variedad de “salchichas grasosas” durante 8 semanas, el índice de Omega-3 aumentó significativamente.
Mientras, en términos de seguridad, tolerabilidad y palatabilidad, no se observaron problemas importantes. Claramente, el producto que se estudió puede no ser útil para todas las poblaciones como los atletas en todas sus etapas de preparación, se observó una gran variabilidad en la respuesta a EPA y DHA, que aún no se explica mecánicamente.
Y, ¿el mecanismo de encapsulación?
El aceite de pescado microencapsulado se ha utilizado a menudo como aditivo alimentario debido a su mejor estabilidad química; sin embargo, la microencapsulación no afecta significativamente a la biodisponibilidad.
Aunque las estructuras de los alimentos también afectan la digestión y absorción de los lípidos que contienen omega-3, queda establecido (aunque sea controversial) que la ingesta a largo plazo de aceite de pescado y productos alimenticios con grasas es una forma eficaz de proporcionar EPA y DHA, dos elementos cruciales en la salud y el rendimiento físico y mental.
Diras ¿para qué sirven?. Bueno, te lo explicamos en el siguiente vídeo preparado por MASmusculo.
