Un cuerpo delgado depende de varios factores, tanto del entrenamiento, el descanso, pero también de la dieta y en esto, la masticación tiene su incidencia.
Seguramente conoces a alguien que termina su comida en unos 10 segundos; es como si estuviera compitiendo por devorar su comida más rápido que los demás, ¿pero qué tiene que ver con un cuerpo delgado?.
Independientemente de lo hambriento que puedas estar, existe una amplia investigación que demuestra la importancia de masticar completamente los alimentos antes de tragarlos.
De hecho, masticar adecuadamente podría ser la clave para conseguir una mandíbula cincelada, un cuerpo delgado y una mejora en tu digestión.
Una mandíbula débil, una papada abultada
Una mandíbula cincelada es muy buscada por culturistas, celebridades y personas que solo quieren verse bonitas.
Pero la fuerza de la mandíbula es algo más que estética, en una era en la que los alimentos blandos y las calorías líquidas son comunes, la respuesta es clara: debes priorizar los alimentos sólidos y masticarlos bien.
Los científicos de alimentos vienen diseñando los alimentos para que sean más suaves, lo que requiere menos masticación y ya son populares.
A medida que dejas de comer alimentos más duros, como carne, vegetales fibrosos y tubérculos, tu mandíbula continúa haciéndose más estrecha, débil y diminuta, lo que te hará tener una abultada papada a largo plazo.
Masticar alimentos duros requiere la activación de varios músculos y huesos del rostro, que de otra manera se volverían flácidos. La solución para todo masticar y masticar bien, lo que te dará un bello rostro y un cuerpo delgado.
- No es suficiente tomar 3-5 mordidas de un alimento y luego tragarlo, pues debes masticar de 30 a 50 veces hasta que hayas partido el alimento en trozos lo suficientemente pequeños como para tragarlos con facilidad.
- Si te apresuras al comer, te estás perdiendo cientos de «repeticiones» adicionales para desarrollar músculos como el masetero, el temporal, el pterigoideo medial y el pterigoideo lateral.
Estos músculos consisten principalmente en fibras de contracción lenta, lo que significa que tienes que acumularlas en cantidad para verte tonificado.
Una buena forma de practicar, es masticando un chicle resistente para seguir activando estos músculos, pero no te excedas, ya que podría causarte dolor e incluso artritis en la mandíbula.
La digestión para un cuerpo delgado
Como sabes, el proceso de la digestión comienza cuando estás masticando y, hacerlo correctamente, ayuda a tu cuerpo a producir las enzimas digestivas necesarias para descomponer los alimentos que te estás preparando para tragar.
Además de todo esto, se desencadena la producción de ácido clorhídrico y saliva para guiar los alimentos a través del tracto digestivo.
Las enzimas digestivas son proteínas que señalan eficazmente a los otros sistemas del cuerpo que estás consumiendo alimentos.
En este escenario, el organismo comienza a descomponer esas partículas de alimentos cuando ingresan al estómago para tu digestión.
Estos diferentes tipos de enzimas son responsables de descomponer diferentes tipos de alimentos, lo cual influirá en un cuerpo delgado.
- Las amilasas ayudan a digerir los carbohidratos.
- Las lipasas facilitan la digestión de las grasas.
- Las proteasas son responsables de descomponer las proteínas.
Hay varios otros tipos de enzimas digestivas, cada una de las cuales se libera en un área diferente del cuerpo: la boca, el páncreas, el estómago y el intestino delgado.
Cuanto más masticas, más ligera es la carga en el esófago, más fácil es para estas diversas enzimas hacer su trabajo, lo que genera menos trabajo para el estómago.
La masticación y la ingesta calórica
Varios estudios han demostrado una relación inversa entre la duración de la masticación y la ingesta de calorías durante una comida determinada.
Un estudio del 2011, comparó los hábitos de masticación de personas delgadas y con sobrepeso;
- Al inicio del estudio, los sujetos con sobrepeso consumían más alimentos en general y dependían de menos masticación por gramo de alimento consumido que los sujetos con cuerpo delgado.
- Los investigadores compararon las diferencias en el consumo total de calorías durante una comida y la hormona grelina (una hormona que aumenta el apetito) entre sujetos que masticaban 15 veces por bocado y los que masticaban 40 veces por bocado.
Definitivamente el grupo que masticaba más consumía menos calorías totales (casi un 12%) y tenía una menor concentración de grelina. Entonces, aquellos que masticaron más y comieron menos, se sintieron más saciados después de la comida.
¿Alguna vez has comido mucho y todavía has sentido hambre después?… bueno, posiblemente comiste demasiado rápido y no masticaste tu alimento correctamente…
El efecto térmico de masticar
Además de mejorar tu saciedad mientras comes, masticar completamente tus comidas puede aumentar el efecto térmico de los alimentos que consumes.
Un estudio desarrollado por japoneses hace unos años, concluyó que comer rápido en realidad disminuye el efecto térmico de los alimentos; piensa en este efecto como las calorías necesarias para digerir los alimentos que estás comiendo.
Entonces, si ingieres una comida rápidamente, tu cuerpo no gasta tantas calorías en digerir la comida, en contraste si comes lento.
- Los científicos estiman que el 10-20% de tu gasto calórico diario, proviene del efecto térmico de los alimentos.
- Entonces, masticar más a fondo podría tener un efecto significativo en tu tasa metabólica a largo plazo y esto te llevará a un cuerpo delgado.
Otro estudio del 2014, evaluó a sujetos jóvenes y sanos, y sugirió que la masticación lenta aumenta el gasto de energía por ciclo en comparación con la masticación más rápida. Este estudio evaluó la tasa de masticación de chicle en comparación con las demandas calóricas.
Los investigadores compararon sesiones de 6 minutos de masticación lenta de chicle (aprox. 60 ciclos / min) y masticación rápida (aprox. 120 ciclos / min).
Sorprendentemente, el grupo de masticación lenta utilizó significativamente más calorías en el transcurso de la ventana de 6 minutos que el grupo de masticación rápida.
En este contexto, una masticación más lenta puede influir positivamente en la tasa metabólica diaria general y por tanto te ayuda en definitiva a tener un cuerpo delgado.
La masticación y la digestión
Muchos atletas se quejan de problemas digestivos, desde el Síndrome de Intestino Irritable (SII) hasta el estreñimiento y el reflujo ácido.
Esto son problemas digestivos que pueden provocar malestar físico y más complicaciones de salud; sin embargo digerir mejor tus alimentos te ayudarán a tener mejores entrenamientos.
Si padeces algún tipo de problema gastrointestinal, aumentar la duración de la masticación de tus alimentos, puede ser una forma de ayudar a mejorar tu digestión.
La «circulación esplácnica» es un término científico para el flujo sanguíneo al tracto gastrointestinal, hígado, bazo y páncreas. Un estudio del 2014 encontró una relación inversa entre la duración de la masticación y la circulación esplácnica.
Las mediciones de los diámetros de dos arterias principales y las velocidades de la sangre dentro de ellas, mostraron que había un mayor flujo sanguíneo a esos órganos después de las comidas con tasas de masticación más lentas.
Tomando en cuenta que las áreas del cuerpo con mayor flujo sanguíneo funcionan de manera más eficiente, masticar lentamente optimiza tu digestión y te hace tener un cuerpo delgado con mayor facilidad.
Por otro lado, los científicos se pusieron de acuerdo que parece ser que la velocidad y la eficacia de la masticación tienen un efecto notable sobre la gravedad de los síntomas de los que tienen el Síndrome del Intestino Irritable.
Masticando lentamente, no solo lograrás saborear verdaderamente tu comida, sino que también mejorarás tu composición corporal, la fuerza de tu mandíbula y tu digestión.
Esta pequeña intervención en tu estilo de vida, puede tener una gran cantidad de beneficios para tu salud a largo plazo, por eso tómate tu tiempo, mastica bien la comida y come con atención para lograr ese cuerpo delgado que tanto deseas.