Comprendiendo y controlando las emociones
Emociones ¿qué significa este factor intangible? ¿cuál es su proposito? … en pocas palabras, son nuestro sistema de guía interno natural…
Piensa en las emociones como una señal de GPS que suena de fondo o que a veces suena como sirenas. Nos ayudan a manejar situaciones presentes o futuras; y, aunque a veces son incómodas, comprenderlas es la base del autodominio.
Mucha gente cuya intensidad emocional los frustra, tienen reacciones a estas experiencias, lo que a menudo provocan problemas en el hogar, el trabajo, la universidad e incluso el rendimiento en el gimnasio.
Buscan ayuda con el deseo de hacer desaparecer los sentimientos, a menudo diciendo: “si pudiera controlar mis emociones (es decir, tristeza, ansiedad, ira, miedo, etc.), entonces podría mejorar al alimentarme o entrenar.
¿Y si fuera posible aceptar estas fuertes experiencias emocionales, invitarlas a entrar y tratar de entenderlas como parte de nuestra experiencia más amplia, en lugar de «superarlas»?.
En lugar de intentar cambiar nuestra experiencia o hacer que desaparezca, queremos cambiar nuestra perspectiva para reconocer todas las emociones, sentirlas, comprender lo que están comunicando y avanzar para sentirnos mejor.
La identificación de emociones
Para que podamos volvernos hacia nuestras emociones con aceptación, primero queremos tomar conciencia de la emoción identificando las sensaciones físicas en el cuerpo.
Todas las emociones tienen sensaciones físicas.
Las sensaciones que sientes en tu cuerpo son la clave para cambiar los patrones limitantes, transformar el estrés y generar una felicidad duradera.
Los profesionales de hoy tienen disponible lo que llaman topografía corporal; los mapas corporales muestran regiones cuya activación aumentó (colores cálidos) o disminuyó (colores fríos) al sentir cada emoción.
El cuerpo proporciona un flujo constante de información confiable sobre la experiencia en forma de sensación, lo cual permite etiquetar las emociones.
Los estudios demuestran que ponerle lenguaje a lo que sientes ayuda a calmar el cerebro.
- La validación ayuda a liberar la energía, porque el trabajo de la emoción es notarlo, no ignorarlo.
- Tomarte el tiempo para nombrar las emociones le dice a tu cerebro que lo ha atendido de alguna manera.
Este es el primer paso para procesar las emociones y liberar su energía. Entonces, para mantenerte atento, dite a sí mismo: «Esto es ira» o «Esto es ansiedad».
La fluidez de las emociones
Si alguna vez te golpeaste el dedo del pie o tal vez incluso se te cayó un disco de 20 kg, pasará un momento antes de que sientas el dolor, pero sabes que se acerca.
El dolor te golpea, empieza a surgir, alcanza un pico y, afortunadamente, comienza a disminuir; es importante recordar esto mientras experimentamos nuestras emociones.
Incluso, si la emoción se siente abrumadora, recuerda que pasará porque fluye como olas hasta que alcanza una intensidad máxima y luego se disipa.
Después de identificar la sensación fisiológica (es decir, un nudo en la garganta, boca en el estómago, etc.) de lo que llamamos un «sentimiento» / emoción, podemos ver qué tan corta puede ser la experiencia.
Comprender que las emociones son energía implica que son recursos naturales en movimiento fluido destinados a sentirse y liberarse en lugar de suprimirse e ignorarse.
Los impulsos y las reacciones
Entre estímulo y respuesta hay un espacio; en ese espacio está nuestro poder para elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta radica nuestro crecimiento y nuestra libertad, pero las exploraciones corporales de la cabeza a los pies nos permite notar cualquier impulso.
Puedes preguntarte: «¿qué te pide esta emoción que hagas?». Tal vez te esté pidiendo que llores, grites, empujes o golpees algo, abraces a alguien o algo, dances, te escondas debajo de las sábanas, etc.
En esto queremos ser claros: “las emociones no requieren reacción”.
Evitar reacciones «instintivas» requiere que creemos alguna separación entre nuestra respuesta emocional a nuestro entorno externo y el comportamiento que podemos seguir.
Entonces podemos mantener nuestra capacidad para evaluar la situación y responder con calma y esto también pasa cuando no llegamos a nuestros objetivos en el gimnasio.
Con la práctica, es más fácil hacer una pausa y mirar alrededor antes de elegir qué hacer, si es que hay algo que hacer, como tomarte un descanso dinámico entre series o hacerte una selfie, por poner un ejemplo.
Sepárate de tus emociones: ¿lo harías?
Como hemos aprendido, las emociones son formas poderosas de energía. Cuando estamos inmersos en una emoción fuerte, como la tristeza o la ira, puede resultar un desafío recordar que eres un ser complejo y que experimentar alguna emoción no te define.
No eres tus emociones y en este contexto, por ejemplo, sentir enojo no te convierte en una “persona enojada” o, sentir felicidad tampoco te convertiría en una “persona feliz”.
Queremos permanecer en nuestro poder sabiendo que sentimos emociones en un momento y que no necesitan abatirnos.
Nuestras emociones son las que nos hacen humanos, y son solo una faceta de lo que nos hace quienes somos, pero no puede ser el 100% de nosotros.
No se requiere de una razón específica
Cuando sentimos una emoción negativa, es común que otros pregunten: «¿qué pasa?» y, esto puede convertirse rápidamente en una acción desesperada de resolución de problemas tratando de identificar el «por qué».
Este proceso puede ser útil cuando estemos en un estado de calma, pero antes de centrarte en otras cosas, este tren de pensamientos puede llevarte a una experiencia emocional más larga y desafiante de lo necesario.
- ¿Qué pasa si no puedes encontrar una razón?
- ¿Y si hay muchas razones?
- ¿Qué pasa si NO hay ninguna razón?
Cuando alguien pregunta: «¿qué pasa?… pareces infeliz, pero que pasaría si respondieras necesito descansar un rato…
En lugar de explayarnos sobre los muchos problemas y fracasos, es mejor a veces, concentrarse en sentirse mejor en lugar de tratar de buscar «lo que está mal», lo que te hará más dichoso que triste.
Las emociones como retroalimentación
La naturaleza nos proporcionó una amplia gama de experiencias y señales emocionales; puedes analizar cada emoción como objetivamente neutra, pero también experimentarlas como positivas o negativas.
Después de tomarte un tiempo para regularte a sí mismo del efecto de tu emoción, es hora de explorar qué sucedió exactamente y qué está comunicando la emoción. Este, en nuestra opinión, es el mayor regalo que nos brindan nuestras emociones.
Puedes hacerte preguntas, como:
- «¿Qué me provocó una emoción?».
- «¿Cuánto tiempo me tomará tenerla?».
- «¿Cuál es la incomodidad que estoy experimentando?».
- “¿Es este un patrón que sigue surgiendo?”.
- “¿Cuáles eran mis expectativas en torno a la situación?”.
Hacerte estas preguntas e identificar la raíz de las emociones difíciles ayudará a aumentar la compasión y la comprensión de lo que estás experimentando.
También tendrás la oportunidad de crear un espacio para ver las cosas con una perspectiva nueva y más clara; en última instancia, esto te permitirá estar más presente y conectado contigo mismo y con los demás.
Tomar conciencia sobre los estados emocionales, cómo reflejar y comprender las emociones, regularlas en cómo impactan el pensamiento y el comportamiento, y traer más sintonía con las de los demás para relacionarse mejor con ellos y adaptar sus interacciones y comportamiento en consecuencia es el objetivo que deberías tener.
Controlas tus emociones para lograr el esfuerzo y disciplina para entrenar, ¿hasta que punto?.