Los ácidos grasos Omega 3 reducen la mortalidad por cáncer
Un estudio patrocinado por el gobierno americano y desarrollado por los epidemiólogos del Centro Estadounidense de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson cita que si se consume cantidades relativamente grandes de ácidos grasos omega-3, a través de pescado graso y quizás también a través de suplementos, la probabilidad de morir es menor que si la dieta contiene cantidades moderadas del compuesto natural.
La investigación publicada este año en el American Journal of Epidemiology, concluye que los ácidos grasos omega-3 redujeron el riesgo de mortalidad por cáncer en un cuarto, lo que es significante; se añade que existe evidencia de que estos ácidos grasos de cadena larga, específicamente el ácido eicosapentaenoico y el ácido docosahexaenoico poseen efectos beneficiosos que pueden conducir a una reducción de la mortalidad por enfermedades crónicas, pero la evidencia epidemiológica es mixta.
¿Los ácidos grasos son un factor para la longevidad?
Los investigadores utilizaron datos de 70,495 estadounidenses; en el período 2000-2002, cuando comenzó el estudio, los estadounidenses tenían entre 50 y 76 años. En 2006, los investigadores volvieron a analizar los datos y observaron qué participantes habían muerto; al comienzo del estudio, los participantes completaron cuestionarios sobre su dieta, incluida la cantidad de pescado graso y la cantidad de cápsulas de omega-3 que consumieron.
Los resultados indicaron que el uso de cápsulas de aceite de pescado pareció reducir el riesgo de mortalidad en un par de por ciento, pero las diferencias entre los grupos no fueron estadísticamente significativas. En contraste, los efectos de comer pescado graso, como la caballa y el salmón, fueron mayores a nivel significativo y eso se puede deber a que los suplementos tomados por los participantes en este estudio no resultaron en un aumento en la ingesta de ácidos grasos omega-3 y el consumo de pescado graso complementado con la suplementación tuvo este efecto.
La conclusión fue que cuanto mayor sea la ingesta total de ácidos grasos de pescado, a través de suplementos y alimentos, menor será el riesgo de mortalidad, específicamente por cáncer. Esto fue cierto para los participantes que, por lo que sabían, no tenían (o no habían tenido) cáncer al comienzo del estudio y para los participantes que ya tenían antecedentes de cáncer al comienzo del estudio.
Además, los participantes que consumieron cantidades relativamente altas de ácidos grasos omega-3 también murieron con menos frecuencia por enfermedad cardiovascular, pero el efecto no fue fuerte, sin embargo, es evidente que se dio una disminución del riesgo de mortalidad total y mortalidad por cáncer, por tanto es el momento donde el mundo médico debe darse cuenta que es de total necesidad prescribir tanto alimentos como suplementos que ayuden a la longevidad.
Otra vía anticancerígena del omega-3
Por otro lado una clase de moléculas formadas cuando el cuerpo metaboliza los ácidos grasos omega-3 podría inhibir el crecimiento y la propagación del cáncer, según investigadores de la Universidad de Illinois. Las moléculas, llamadas endocannabinoides, son producidas naturalmente por el cuerpo y tienen propiedades similares a los cannabinoides que se encuentran en el canabbis, pero sin los efectos psicotrópicos.
En ratones con tumores de osteosarcoma, un cáncer de hueso que es notoriamente doloroso y difícil de tratar, los endocannabinoides desaceleraron el crecimiento de tumores y vasos sanguíneos, inhibieron la migración de las células cancerosas y causaron la muerte de las células cancerosas; estos resultados fueron publicados en el Journal of Medicinal Chemistry sin embargo deberían ser llevados a casos humanos.
Según los científicos, es un sistema endocannabinoide incorporado que es antiinflamatorio y reductor del dolor, pero también es anticancerígeno, lo que impide que las células proliferen o migren; estas moléculas podrían abordar múltiples problemas: cáncer, inflamación y dolor. Los investigadores encontraron que en concentraciones más altas, los EDP-EA matan las células cancerosas, pero no tan efectivamente como otros medicamentos quimioterapéuticos en el mercado.
No obstante, los compuestos también combatieron el osteosarcoma de otras maneras: redujeron el crecimiento del tumor al inhibir la formación de nuevos vasos sanguíneos para suministrar nutrientes al tumor, impidieron las interacciones entre las células y, lo que es más importante, parecieron detener la migración de las células cancerosas, lo que funcionaría en humanos, lo que significa que ciertos productos del metabolismo de los ácidos grasos omega-3 pueden tener efectos anticancerígenos.
Fuentes
- American Journal of Epidemiology : Intake of long-chain omega-3 fatty acids from diet and supplements in relation to mortality.
- EurekAlert Research: Products of omega-3 fatty acid metabolism may have anticancer effects, study shows