La nueva era en las proteínas vegetales gracias a la extracción usando organismos vivos
Con una adquisición de proteínas de avena y una asociación de micoproteínas, entre otras proteínas vegetales en su haber, algunas de las compañías más importantes de la industria están trabajando en una nueva proteína «de gama alta, funcional» hecha a partir de biomasa sobrante basada en vegetales.
Una de las empresas de extractos naturales gestiona un proceso exclusivo de fraccionamiento del proveedor para la producción de betaglucanos preservando la estructura original de las moléculas de avena, lo que posibilita la fabricación de harinas de avena con contenido variable de proteínas y grasas. Otra de las nuevas tendencias se basa en un proteína vegetal “shiitake” hecha a partir de raíces fermentadas tipo filamento o “micelio” a partir de setas, ¿ increíble no ?.
Pero las estrategias de las compañías de la industria de la suplementación para ingresar al campo de las proteínas vegetales no se basan en adquisiciones y asociaciones externas. El I + D (innovación + desarrollo) interno también es una gran parte de la historia, por tanto, a nivel global, los científicos mostrarán algunas sorpresas en los próximos meses en relación a proteínas vegetales.
La competencia dentro del mercado de proteínas
Los científicos citan que se enfocan específicamente en proteínas vegetales, pero no desean entrar en el voluminoso mercado de la proteína de soja o guisante, pues desean posicionar nuevos ingredientes en el mercado funcional de alta gama. El problema de la digestibilidad y hasta el sabor son puntos críticos; observando más allá, también se centran en el perfil de aminoácidos, que forma parte de sus objetivos a mediano plazo.
La industria genera mucha biomasa que se desperdicia; la idea que tienen es extraer todo lo que se pueda tanto en antioxidantes naturales como en potenciales nutrientes para procesarlos a nivel tecnológico, obviamente sin conservantes ni añadidos. El plan con I + D es obtener el valor de estas proteínas vegetales a partir de fitoactivos de la biomasa generada; hoy en día la tecnología ya permite proporciona un sabor muy neutral en comparación con las proteínas vegetales actuales, pero también al alimentar setas shiitake con un sustrato diferente, en teoría, se puede producir una proteína con un perfil de aminoácidos adaptado.
Una nueva era de extracción utilizando organismos vivos
Los ingredientes novedosos también marcan una nueva dirección en términos de tecnología de procesamiento, que normalmente utiliza métodos de extracción basados en agua o en solventes. Eso es lo que encontramos muy interesante porque en esta nueva era en la que utiliza un organismo vivo, en este caso el micelio, se logra realizar una extracción muy limpia.
No es fermentación ya que la gente normalmente piensa en eso; no existe un organismo genéticamente modificado para producir un compuesto activo. Bajo esta tecnología nutricional, este tipo de micelio simplemente absorberá el aminoácido del sustrato y creará una nueva serie de proteínas vegetales. Otra innovación es la creación de un extracto de bloqueo amargo hecho a partir de enzimas y metabolitos de hongos fermentados que reducen el azúcar en alimentos y bebidas.
Citamos también una nueva fibra de avena enriquecida con beta-glucano, que por ejemplo, tendrá un buen rendimiento en un momento en que muchas personas tienen dietas con deficiencia de fibra. Los cambios regulatorios en los EE. UU., donde los legisladores están cambiando la definición de fibra dietética, también darán un impulso a la cartera de avena. La avena es uno de los pocos alimentos que se ajusta a la nueva definición, esperándose que los fabricantes usen fibras de avena para reemplazar la inulina en los productos de panadería y desayuno.
Los científicos de la industria de la suplementación están trabajando mucho en este tipo de tecnología para desarrollar proteínas vegetales a través de la asociación de innovación abierta como una plataforma que realmente puede extenderse a través de aminoácidos de proteínas, pero también minerales u otros compuestos activos. La diferencia principal con los métodos de extracción tradicionales es que se termina con un producto de espectro completo, sin requerir procesamiento o refinamiento; en el caso de la proteína de setas, se cultivan, se secan y se muelen, y eso es todo.